“Teníamos una Diócesis fecunda en sacerdotes y obras apostólicas. No permita que se estanque. Hoy el mundo nos necesita más que nunca. Por las llagas de Cristo le encomiendo nuestra Diócesis, sus sacerdotes y sus fieles”, destaca en la carta el sacerdote sanrafaelino en la carta enviada al Sumo Pontífice haciendo referencia a la situación que se vive en la diócesis local tras el cierre del seminario, la salida del Obispo Eduardo María Taussig y otros hechos que se fueron dando en los últimos meses.

“Te agradezco tu confianza y tu sinceridad. Sé que están atravesando un tiempo difícil, créanme que para mí también lo es. Estoy seguro que son muchos los que no dejan de trabajar con abnegación por el Pueblo de Dios, llevando consuelo y paz a través de los sacramentos y de la Palabra”, indica el Papa.

Asimismo, hace un párrafo aparte donde habla de la formación y la amplitud que debe tener la iglesia. “La rigidez no es un don de Dios, la mansedumbre sí, la bondad sí, la benevolencia sí, el perdón sí, ¡pero la rigidez no! Porque como vos mismo lo intuís, la rigidez es la antesala de la ideología que tanto mal hace y que llevó a los rígidos del tiempo de Jesús a condenarlo por poner la misericordia por encima de la ley”.

“En la Iglesia de Jesús, que es la misma ayer, hoy y siempre todos tenemos un lugar, ¡TODOS! Por eso no es posible la rigidez, porque ella cierra las puertas al todos y solo las tiene entreabiertas para los perfectos. Estoy seguro que en tu corazón de buen pastor también hay lugar para todos”, concluye el Papa Francisco.