El Pontífice recuerda a los fieles que “la Iglesia no hace proselitismo. Más bien se desarrolla por atracción”, como dijo Benedicto XVI en su homilía en la misa inaugural de la V Conferencia del Celam en Aparecida en 2007
El papa Francisco ha comenzado hoy en sus audiencias generales de los miércoles un nuevo ciclo de catequesis sobre la pasión por la evangelización, es decir, el celo apostólico. “Una dimensión esencial de la Iglesia es ser misionera, salir a irradiar a todos la luz del mensaje evangélico. Cuando esta dimensión se pierde, la comunidad se enferma, se cierra en sí misma y se atrofia. Son los cristianos atrofiados”, alertó el Pontífice durante su alocución ante miles de fieles reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano.
Francisco ha centrado su meditación en ‘La llamada al apostolado’ (Mt 9, 9-13), “un tema urgente y decisivo para la vida cristiana”. El Papa ha recordado que “el Espíritu Santo configura la Iglesia en salida, de modo que no se encierra en sí misma”.
Sin embargo, “puede suceder que el ardor apostólico, el deseo de llegar a los demás con el buen anuncio del Evangelio, disminuya, se vuelva tibio. A veces parece eclipsarse, son cristianos cerrados, no piensan en los demás. Pero cuando la vida cristiana pierde de vista el horizonte de la evangelización, horizonte de anuncio, se enferma”, ha insistido. “Sin celo apostólico, la fe se marchita. La misión, en cambio, es el oxígeno de la vida cristiana: la vigoriza y la purifica”, ha añadido.
Recuerdo a Benedicto XVI
En este sentido, el Pontífice se ha referido a Benedicto XVI, recordando su homilía en la misa inaugural de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y Caribeño en Aparecida el 13 de mayo de 2007: “La Iglesia no hace proselitismo. Más bien se desarrolla por atracción”.
“No olvidéis esto: cuando veis cristianos que hacen proselitismo… estos no son cristianos, son paganos disfrazados de cristianos”, ha puntualizado, para luego recordar una vivencia personal: “En el hospital de Buenos Aires las monjas que trabajaban allí se fueron porque eran pocas y no podían llevar el hospital y vino una comunidad de monjas de Corea. Bajaron a visitar a los enfermos, pero no hablaban una palabra de español; los enfermos estaban contentos. ¿Qué les dijeron? ‘Cualquier cosa, pero con su mirada me habló, comunicaron a Jesús’”.
También ha vuelto a recordar a Joseph Ratzinger en su saludo a los peregrinos alemanes. “Como nos ha enseñado el papa Benedicto XVI, los invito a mirar con confianza a Jesucristo, el Salvador. Así podemos experimentar, como el apóstol Mateo, el amor y la misericordia del Señor”, ha afirmado.
Por último, en sus palabras a los fieles italianos ha vuelto a volver la vista a la “martirizada” Ucrania. “No les olvidemos, siempre en nuestros corazones; a este pueblo que vive un cruel sufrimiento le expresamos nuestro cariño, nuestra cercanía y nuestra oración”, ha subrayado.
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