Dagli immigrati alla Messa per le folle: come Papa Francesco ha cambiato il Paese.
Filadelfia es una ciudad que está en el corazón de USA – aquí fue redactada la Declaración de la Independencia y la Constitución estadounidense en 1776.Y es aquí donde se concluyó la visita del Papa. Han sido días históricos que impresionaron profundamente al pueblo estadounidense.
En la Sala de la Independencia, con su sonrisa de siempre, el Papa Francisco aclaró que no es ni de izquierda ni de derecha. Puso en relieve la importancia de la libertad religiosa y del diálogo en una sociedad multicultural, y subrayó lo positivo que existe en el pueblo estadounidense: «Recordamos las grandes luchas que llevaron a la abolición de la esclavitud, a la extensión del derecho del voto, al crecimiento del movimiento de los trabajadores y al esfuerzo progresivo para eliminar todo tipo de racismo y de prejuicio dirigido contra las sucesivas generaciones de nuevos americanos», dijo el Papa.
Y un especial saludo a los emigrantes hispánicos, de un Papa que proviene de una familia de emigrantes: «Ustedes aportan muchos talentos a su nueva Nación. No se avergüencen de sus tradiciones», afirmó con una fuerza tal que arrancó un espontáneo aplauso. Entre otros valores, Francisco nombra la ferviente fe y el profundo sentido de la vida familiar de los hispánicos: «Al traer su contribución, no sólo encontrarán su lugar aquí, sino que ayudarán a renovar la sociedad desde adentro». Jennifer Huertas de Puerto Rico, quien hace dos años vive en USA comentó: «El Papa nos ha dicho que no olvidemos nuestras raíces, y que veamos siempre la unicidad de cada persona. Sí, la diversidad no es un mal, porque cada ser humano es único».
Sólo algunas horas más tarde, tuvo lugar la cita para concluir la La Jornada Mundial de la Familia,muy esperada por los participantes: familias jóvenes, otras formadas por muchas generaciones, parejas, personas solteras, religiosos y religiosas con sus hábitos, sacerdotes, todos reunidos en esta ciudad que preparó con cuidado cada detalle. Después de haberescuchado seis testimonios de parejas y de familias que contaron cómo han tratado de superar los desafíos afirmándose en la fe en Dios, el Papa hizo un apasionado discurso en el que resaltó la importancia que tiene la vida en familia. Un niño le preguntó qué hacía Dios antes de crear el mundo: «Dios amó, porque Dios es Amor» respondió el Papa. Y la cosa más útil que Dios creó para compartir este amor fue la familia; lo demuestra también el hecho de que «Dios envíó a su Hijo a una familia» No es todo color de rosa, «a veces vuelan los platos, pero las dificultades se superan con el amor», afirmó.
Sus palabras dejaron al medio millón de participantes – que estuvieron esperándolo durante largas horas en el Benjamín Franklin Parkway- encantados y felices: «Ha sido fantástico ver al Papa», dijo Thea, una joven de Los Angeles. «Me gustó cuando dijo que Dios no colocó a Jesús en un Reino, sino en una familia. Hoy en día muchos visitan muy poco a sus padres, muchos de mis amigos viven así y esto me produce dolor. También en mi familia no es siempre fácil, nos cuesta escucharnos profundamente, pero las palabras del Papa ahora me ayudarán a enfrentar mejor estas dificultades».
Al día siguiente, la multitud atraída por Francisco se sometió con paciencia a los largos controles de seguridad, cantando y bailando. Sin perder la calma, sonreían y agradecían a los policías que estaban haciendo su trabajo. «Mi hijo hoy cumple dos años, pero con mi esposa dijimos que ésta es una oportunidad que se presenta una vez en la vida», dijo un guardia de seguridad.
Casi un millón de personas estuvo presente en la Misa, y, otros millones la siguieron en directo por TV. Francisco saludó a todos. Antes de comenzar la Misa bendijo a los niños. Las lecturas de la Misa se leyeron también en español y en vietnamita. La liturgia del día tenía palabras fuertes, en ella primero Moisés y Jesús después, afirman que también quien no es de su grupo puede hacer milagros en el nombre del Señor. «No nos debemos escandalizar del amor de Dios» dijo el Papa, y lanzó un mensaje claro para una Iglesia que debe aceptar la diversidad y tener confianza en la acción del Espíritu Santo.
Francisco, después, invitó a las familias, a que realicen pequeños gestos de amor y de compasión: una cena caliente después de un día de trabajo, una bendición, un abrazo: «El amor se manifiesta en las pequeñas cosas», afirmó. Esto quiere decir «ser profetas, superar “el escándalo de un amor pobre y mezquino”»
Han sido muy significativos también los encuentros con los presos, con las víctimas de abusos sexuales por parte del clero. Sobre este último punto, el Papa dijo: «Dios llora». Es como una misa negra, «no existen excusas».
En la conclusión de estos días, no sólo la Iglesia católica en USA ha cambiado, sino todo el país. El Papa ha puesto en evidencia las riquezas culturales a partir de la fundación del País, y ha hecho un llamado a los estadounidenses para que sean fieles a esos valores: el amor, la familia, la dignidad de cada ser humano, la atención a los pobres.
Dejando los Estados Unidos, envío un mensaje en Twitter: «Con mi gratitud, ¡que el amor de Cristo guíe siempre al pueblo americano! #GodBlessAmerica».
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