Casi tres horas de preguntas y respuestas entre el Papa Francisco y los obispos italianos, reunidos en el Aula Nueva del Sínodo con motivo de la 77ª Asamblea general. Entre los temas, según informaron algunos obispos al margen del encuentro: la paz, las finanzas, el medio ambiente, las ideologías, el ministerio de los obispos y sacerdotes, y la caridad hacia los pobres y refugiados. Al final de la reunión, el Pontífice regaló a los prelados el libro "Hermanito", que narra los dramas de un joven
Por Salvatore Cernuzio
Los jóvenes y las vocaciones, las finanzas y las ideologías, el ministerio de los sacerdotes y los seminarios, la paz, el medio ambiente y la preocupación por la caridad. Una característica, esta última, de la Iglesia italiana hacia la que mostró gran estima. Fue un diálogo franco y sereno el que mantuvieron ayer por la tarde, 22 de mayo, el Santo Padre y los más de 200 obispos de la Conferencia episcopal italiana, reunidos en la 77ª Asamblea general en la Ciudad del Vaticano.
El Papa abrió los trabajos de la reunión de primavera de los obispos, que comenzó ayer y que se concluirá el próximo 25 de mayo en el Aula Nueva del Sínodo, sobre el tema: "A la escucha de lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Pasos hacia el discernimiento".
Preguntas y respuestas
El coloquio del Pontífice con los prelados de todas las regiones de Italia septentrional, meridional y central duró unas tres horas y comenzó con un momento de oración común y el saludo del Papa a los obispos de las zonas afectadas por el temporal en Emilia-Romaña. A continuación, todo el encuentro, a puertas cerradas, se intercaló – como es habitual en estas ocasiones – con preguntas (unas quince) y respuestas.
Entre los temas principales, según informaron algunos obispos al margen de la reunión, la disminución de las vocaciones, los seminarios y sus posibles fusiones. Un tema, este último, abordado también por el Santo Padre en su audiencia de finales de marzo con los obispos de la Conferencia episcopal calabresa. Centrado también en el ministerio de los sacerdotes, a los que, como siempre, Francisco pidió cercanía a los obispos.
Aliento a la caridad
No faltaron referencias a la paz, en Ucrania y en el mundo, una urgencia que concierne a todos, luego a las ideologías de nuestro tiempo, después a los diversos problemas culturales y a la cuestión de las finanzas, que a menudo representan una dificultad para la Iglesia. También estuvieron en el centro las cuestiones medioambientales, para las que es necesario un cambio de mentalidad. Un "nuevo estilo" es también lo que pide el camino sinodal que implica a la Iglesia de los cinco continentes. Junto a esto también llegó la invitación a prestar atención a la pobreza, antigua y nueva, y sobre todo a que nunca falte la caridad. Sobre el aspecto caritativo en particular, el Papa expresó su estima por la Conferencia episcopal italiana, comprometida desde hace años en la acogida de emigrantes y refugiados.
El don del libro "Hermanito"
Y precisamente sobre el tema de los migrantes, el Papa, al final del encuentro, regaló a cada uno de los obispos de la CEI el libro "Fratellino" (“Hermanito”), un volumen que narra con lucidez y a veces con crudeza la vida del migrante Ibrahima Balde, transcrita por el poeta Amets Arzallus Antia. Es la historia de un joven guineano que dejó su país para buscar a su hermano pequeño, que a su vez partió para llegar a Europa. Destino que nunca alcanzó. El autor relata los dramas que vivió en primera persona: la travesía del desierto, el tráfico de seres humanos, el encarcelamiento, la tortura, el viaje por mar y la muerte.
El Papa Francisco citó el libro, publicado en Italia por la editorial Feltrinelli en varias ocasiones, tanto en algunas ruedas de prensa en los vuelos de regreso de sus viajes apostólicos, como en algunas audiencias. La más reciente fue la de los refugiados llegados a Europa a través de la iniciativa conjunta de San Egidio, las Iglesias evangélicas, la Mesa Valdense y la Iglesia italiana, a quienes recibió en el Vaticano el pasado 18 de marzo. Un "librito", lo llamó el Papa, que traza en todo su dramatismo "el Vía Crucis" de tantos hermanos y hermanas en el mundo.
Saludo a los obispos de Emilia-Romaña afectados por las inundaciones
Al margen de la Asamblea, el Papa saludó a los obispos de Emilia-Romaña, azotada en estos días por incesantes y devastadoras inundaciones. Tras escuchar el relato del drama que está viviendo la población y conocer los numerosos gestos de solidaridad que se han puesto en marcha, Francisco les pidió que lleven su participación a las comunidades asegurándoles su oración personal.
Al inicio del encuentro, el cardenal Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia episcopal italiana y arzobispo de Bolonia, relató lo sucedido con el temporal, las diversas situaciones de dificultad vividas por la gente y los numerosos gestos de solidaridad y de ayuda.
Al final, el cardenal Zuppi, junto con el vicepresidente del Ceer, monseñor Lorenzo Ghizzoni, arzobispo de Rávena-Cervia, monseñor Giovanni Mosciatti, obispo de Imola, monseñor Livio Corazza, obispo de Forlì-Bertinoro, y monseñor Mario Toso, obispo de Faenza-Modigliana, tuvieron ocasión de saludar personalmente al Santo Padre y expresarle su gratitud "por su mensaje de solidaridad de los últimos días".
En una nota, los obispos italianos subrayan que han "acogido con satisfacción" el estímulo del Papa "para una ulterior reflexión sobre el respeto de la Creación y la custodia de la casa común". "Le hemos recordado – dicen – que el pueblo de Romaña es tenaz, pero que las pruebas se repiten con demasiada frecuencia y que necesitamos sus oraciones y su cercanía".
Invitación del Papa a un nuevo impulso evangelizador
En cuanto al diálogo a puertas cerradas del Papa con los obispos, también dio detalles el secretario general de la Conferencia episcopal italiana, monseñor Giuseppe Baturi, quien habló a Tv2000 de "un encuentro importante porque estuvo en contacto con los problemas del país y de la Iglesia".
"El Papa – explicó el obispo – subrayó la urgencia de un nuevo impulso de evangelización que pasa por un testimonio creíble... Los obispos están llamados a tener compasión del hombre, a cuidarlo especialmente en las situaciones de dificultad y de necesidad. Fue un encuentro que nos animó a seguir por este camino, que encuentra en la vía sinodal un lugar privilegiado de discusión y de trabajo".
Comentá la nota