"Ojalá la comunidad internacional pueda hacer prevalecer la fuerza del derecho a través del diálogo", expresó. Y dijo que aquella negociación es un modelo a imitar. El canciller Werthein no acudió a la ceremonia por las tensiones entre Milei y Boric.
El Papa Francisco deseó este lunes que el Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile, que puso fin, gracias a la mediación vaticana, a un conflicto territorial hace 40 años, sea "un modelo a imitar" ante los actuales conflictos.
También anheló que el camino de la paz y la cooperación entre ambos países "pueda seguir siendo profundizado para el bien de los dos pueblos".
Francisco presidió este lunes una ceremonia por el 40° aniversario del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile por la disputa del canal de Beagle, "que evitó el conflicto armado que estaba por enfrentar a dos pueblos hermanos y concluyó con una solución digna, razonable y ecuánime".
Estuvieron presentes en la Sala Regia el embajador de Argentina ante la Santa Sede, Pablo Beltramino y el canciller chileno, Alberto van Klaverenen, y aunque había anunciado su presencia, el ministro de Exteriores, argentino Gerardo Werthein, no acudió por "razones de agenda"
En Buenos Aires aseguran, sin embargo, que la ausencia del canciller argentino en el Vaticano se debe a discrepancias entre el gobierno Javier Milei y su par chileno Gabriel Boric, manifiestas en la cumbre del G20.
"Espero que el espíritu de encuentro y de concordia entre las naciones, en América Latina y en todo el mundo, deseoso de la paz, pueda ayudar a multiplicarse en iniciativas y políticas coordinadas, para resolver las numerosas crisis sociales y medioambientales que afectan a las poblaciones de todos los continentes, perjudicando especialmente a los más pobres", dijo el Papa.
Y recordó que con ocasión del 25 aniversario del Tratado, el 28 de noviembre de 2009, se celebró en el Vaticano un acto conmemorativo con la presencia de las presidentas de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y de Chile, Michelle Bachelet, en la que el papa Benedicto XVI "puso de relieve cómo Chile y Argentina no son sólo dos naciones vecinas, sino mucho más".
"Son dos pueblos hermanos con una vocación común de fraternidad, de respeto y amistad, que es fruto en gran parte de la tradición católica que está en la base de su historia y de su rico patrimonio cultural y espiritual", dijo Francisco citando las palabras de su antecesor.
El Papa subrayó: "He querido dar especial relieve a esta conmemoración, también con la presencia de los señores cardenales y del Cuerpo diplomático "que agradezco de corazón", tanto para recordar dicho aniversario, como para lanzar al mundo, en este momento, un renovado llamamiento a la paz y al diálogo".
En el lugar donde hace 40 años se firmó el acuerdo de paz con la presencia de san Juan Pablo II, el pontífice argentino explicó que "este modelo de una completa y definitiva solución de una controversia a través de medios pacíficos, amerita ser propuesto en la situación actual del mundo, en el que tantos conflictos perduran y se agravan, al no tener la voluntad efectiva de excluir de forma absoluta el uso de la fuerza o la amenaza para resolverlos".
Francisco hizo referencia a los numerosos conflictos armados en curso, "que todavía no se consiguen extinguir, a pesar de constituir heridas dolorosas para los países en guerra y para toda la familia humana".
"Ojalá que la comunidad internacional pueda hacer prevalecer la fuerza del derecho a través del diálogo, porque el diálogo debe ser el alma de la comunidad internacional", añadió.
Y habló también de la "hipocresía" en algunos países que hablan de paz y venden armas y calificó de "derrota de la humanidad" guerras como las de Ucrania y la de Gaza.
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