El Papa Francisco pide oraciones por el atentado en la capital somalí que dejó más de un centenar de muertos, entre ellos muchos niños, y que fue reivindicado por los milicianos de Al Shabab. El llamamiento del presidente Hassan Sheikh Mohamu para que la comunidad internacional envíe médicos al país.
Por Francesca Sabatinelli
Es dramático el llamamiento del Papa Francisco que, en su saludo tras rezar la oración del Ángelus a la multitud reunida en una soleada Plaza de San Pedro, transporta a los fieles a la atormentada Somalia con sus palabras:
“Mientras celebramos la victoria de Cristo sobre el mal y la muerte, recemos por las víctimas del atentado terrorista que, en Mogadiscio, ha matado a más de cien personas, entre ellas muchos niños. ¡Que Dios convierta los corazones de los violentos!”.
Cinco años después, en el mismo lugar, se llora otra masacre de inocentes. Son más de un centenar de víctimas, en octubre de 2017 fueron 500, del doble atentado que ayer por la tarde golpeó una concurrida intersección de la capital somalí, Mogadiscio, frente al Ministerio de Educación, y que también dejó más de 300 heridos. Dos coches bomba explotaron con pocos minutos de diferencia. El grupo Al Shabaab, vinculado a Al Qaeda, reivindicó la autoría del atentado y afirmó que el ministerio era una "base enemiga" que recibía apoyo de países no musulmanes y que estaba "comprometido a apartar a los niños somalíes de la fe islámica". El grupo había declarado en el pasado que continuaría sus actividades terroristas hasta la creación de un Estado islámico regido por la sharia.
Objetivo del ataque los más altos cargos institucionales
El atentado tuvo lugar un día en el que el presidente Hassan Sheikh Mohamud, el primer ministro Hamza Abdi Barre y varios altos cargos se reunían precisamente para debatir el aumento de los esfuerzos para combatir el extremismo violento y a Al Shabaab en particular. Un acontecimiento que en esas horas se estaba produciendo a poca distancia del lugar del atentado y que probablemente estaba en el punto de mira de los extremistas que, al no poder acercarse, se habrían vuelto hacia el ministerio. La primera explosión, según contaron los testigos, impactó en el muro limítrofe del ministerio, donde suelen estar los vendedores ambulantes y los cambistas. La segunda explosión se produjo frente a un concurrido restaurante.
El llamamiento del presidente
De forma dramática, el presidente hizo un llamamiento a la comunidad internacional y a los "musulmanes de todo el mundo" para que envíen médicos al país, que tiene uno de los sistemas sanitarios más débiles del mundo. Los milicianos de Al Shabaab, que fueron expulsados por la Unión Africana de la capital en 2011, siguen controlando grandes franjas de territorio rural y realizan periódicamente atentados.
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