El Papa en el Ángelus: necesitamos el «milagro de la ternura», que acompaña en la prueba

El Papa en el Ángelus: necesitamos el «milagro de la ternura», que acompaña en la prueba

En el texto del Ángelus preparado por Francisco, agradece a quienes se entregan en el voluntariado, cada vez más necesario en nuestras sociedades "demasiado esclavizadas a la lógica del mercado, donde todo corre el riesgo de someterse al criterio del interés y de la búsqueda del beneficio". El Pontífice agradece también a los que cuidan de los enfermos, a los que siguen rezando por él durante esta prolongada estancia en el hospital y lanza un nuevo llamamiento por la paz.

Por: Antonella Palermo - Ciudad del Vaticano

“Quisiera dar las gracias a todos los que me muestran su cercanía en la oración: ¡gracias a todos de corazón! Yo también rezo por vosotros.”

Es este el afectuoso mensaje del Papa Francisco para el Ángelus de este primer domingo de Cuaresma, desde su piso en la décima planta del Policlínico Gemelli, donde está hospitalizado por una neumonía bilateral desde el 14 de febrero. Y en un mensaje conciso y denso no olvida a los médicos, a los voluntarios, al personal de la Curia, a los pueblos en guerra. Está el mundo en su pensamiento, siempre. Un mundo que ofrece gratuidad y atención, un mundo que le ayuda a gobernar la Iglesia, un mundo que sufre.

En la noche del dolor, la necesidad de ternura

En su prolongada hospitalización, el Papa da gracias por la atención de los trabajadores sanitarios:

"Y mientras estoy aquí, pienso en tantas personas que, de diversos modos, están cerca de los enfermos y son para ellos un signo de la presencia del Señor. Necesitamos esto, el «milagro de la ternura», que acompaña a los que están en la prueba, aportando un poco de luz en la noche del dolor".

El tiempo y las capacidades puestas a disposición por quienes se comprometen en el mundo del voluntariado son otro motivo de gratitud por parte de Francisco: despiertan la esperanza, dice. Y vuelve a las palabras clave: ternura y cercanía.

"En nuestras sociedades demasiado esclavizadas a la lógica del mercado, donde todo corre el riesgo de someterse al criterio del interés propio y de la búsqueda del beneficio, el voluntariado es profecía y signo de esperanza, porque testimonia la primacía de la gratuidad, de la solidaridad y del servicio a los más necesitados".

Seguir apelando a la paz: " que se ponga fin a la violencia en Siria" 

Y mientras se une espiritualmente a la Curia Romana que entra en la semana de los Ejercicios Espirituales, el Pontífice exhorta a vivir la Cuaresma como «un tiempo de purificación y renovación espiritual, un camino de crecimiento en la fe, la esperanza y la caridad». Continúa, como hace puntualmente cada día, pidiendo oraciones por él mismo, asegurando las suyas también por las naciones en guerra, a las que no deja de mencionar:

"Juntos seguimos invocando el don de la paz, en particular en la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, Líbano y Myanmar, Sudán y la República Democrática del Congo. En particular, me he enterado con preocupación de la reanudación de la violencia en algunas partes de Siria: espero que cese de una vez por todas, con pleno respeto de todos los componentes étnicos y religiosos de la sociedad, especialmente los civiles".

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