Este 26 de enero, Domingo de la Palabra de Dios, en sus palabras previas a la oración del ángelus el Santo Padre invitó a “dirigirnos con confianza a María, Madre de Dios y Madre nuestra, para que nos ayude a reconocer a Jesús”.
Por: Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“La presencia y las palabras de Jesús nos interpelan; también nosotros estamos llamados a reconocer en Él al Hijo de Dios, a nuestro Salvador”, esta fue la invitación que dirigió el Papa Francisco a los miles de fieles y peregrinos que se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar la oración mariana del ángelus, de este 26 de enero, III Domingo del Tiempo Ordinario.
El anuncio de la misión liberadora del Mesías
Tras haber celebrado esta mañana la Santa Misa en el Domingo de la Palabra de Dios, en la Basílica de San Pedro, donde instituyó a 40 nuevos Lectores, el Santo Padre dijo que este domingo el evangelista Lucas nos presenta a Jesús en la sinagoga de Nazaret, el pueblo donde creció, proclamando el pasaje del profeta Isaías que anuncia la misión evangelizadora y liberadora del Mesías, y luego, en medio del silencio general, declara: «Hoy se ha cumplido esta Escritura».
“Imaginemos la sorpresa y el desconcierto de los conciudadanos de Jesús, que lo conocían como el hijo del carpintero José y que nunca hubieran pensado que Él pudiera presentarse como el Mesías. Y, sin embargo, sucede precisamente esto: Jesús proclama que, con su presencia, ha llegado «el año de gracia del Señor». Es un feliz anuncio para todos, especialmente para los pobres, los prisioneros, los ciegos, los oprimidos”.
Peregrinos en la Plaza de San Pedro
La elección sobre su identidad y su misión
Aquel día, en Nazaret, afirmó el Obispo de Roma, Jesús puso a sus interlocutores ante una elección sobre su identidad y su misión. El evangelista nos dice que los nazarenos no consiguieron reconocer en Jesús al consagrado del Señor. Creían conocerlo demasiado bien, y eso, en lugar de facilitar la apertura de sus mentes y de sus corazones, agregó el Papa, los bloqueó, como un velo que oscurece la luz.
“En la sinagoga, nadie pudo dejar de preguntarse: ¿Él es solamente el hijo del carpintero que se atribuye un papel que no le corresponde, o es verdaderamente el Mesías, enviado por Dios para salvar al pueblo del pecado?”.
La presencia y las palabras de Jesús nos interpelan
Este acontecimiento, con las debidas analogías, subrayó el Papa Francisco, nos sucede también hoy a nosotros. La presencia y las palabras de Jesús nos interpelan; también nosotros estamos llamados a reconocer en Él al Hijo de Dios, a nuestro Salvador.
“Pero puede sucedernos, como sucedió entonces a sus compaisanos, que creamos que ya lo conocemos, que ya sabemos todo de Él: hemos crecido con Él en la escuela, en la parroquia, en el catecismo, en un país de cultura católica… Y, de este modo, también para nosotros Él es una Persona cercana, ‘demasiado’ cercana”.
Unidos por la paz
¿Reconocemos a Jesús como el Salvador?
Ante este riesgo, el Santo Padre invitó a reflexionar si conocemos a Jesús por costumbre o como Salvador, para ello invitó a preguntarnos:
“¿Advertimos la autoridad única con la que habla Jesús de Nazaret? ¿Reconocemos que Él es portador de un anuncio de salvación que nadie más puede darnos? Y yo, ¿me siento necesitado de esta salvación? ¿Siento que, de algún modo, yo también soy pobre, prisionero, ciego, oprimido? ¡Entonces, solo entonces, el “año de gracia” será para mí!”.
Que en este año jubilar podamos redescubrir a Jesús
Antes de rezar a la Madre de Dios, el Pontífice alentó a dirigirnos con confianza a María, Madre de Dios y Madre nuestra, para que nos ayude a reconocer a Jesús.
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