El presidente del Episcopado consideró que cuando se lo define como "papa peronista" se pretende "achicarlo, empequeñecerlo". También opinó sobre la represión con gas pimienta y advirtió: "La protesta es legítima y la están criminalizando".
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, defendió al papa Francisco de las reacciones que hubo en la Argentina, sobre todo de sectores que responden a La Libertad Avanza, a sus posiciones críticas con el gobierno de Javier Milei y se refirió a la polémica en torno al gas pimienta que instaló el sumo pontífice: “La protesta es legítima y se está criminalizando”, planteó el también obispo de San Isidro.
Asimismo, el titular del Episcopado rechazó que Francisco sea el jefe de la oposición a la gestión libertaria y consideró que cuando se lo define a Bergoglio como “papa peronista” se pretende “achicarlo, empequeñecerlo”.
También habló del escrache al dirigente Juan Grabois, que acompañó al santo padre el día que pronunció esas declaraciones, en el marco de los 10 años de creación del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral: “Condenamos todos estos hechos, son una reacción cobarde y de enorme violencia”, dijo. Y recordó que el presidente, ante un hecho similar, lo llamó al dirigente para expresarle su solidaridad.
En una entrevista, Oscar Ojea renovó sus advertencias sobre el inquietante avance de la ludopatía vía el juego online y el drama del tráfico de drogas: “El narcotráfico está operando como un Estado dentro de otro Estado. El narcomenudeo es vivido hoy en nuestros barrios como un trabajo más, se lo toma con naturalidad. Si no nos preocupamos por políticas públicas en los barrios carenciados, los estamos entregando al narco”.
La cabeza de la Conferencia Episcopal brindó una entrevista que abordó los principales aspectos del discurso que pronunció el papa Francisco en el Vaticano, que generó un fuerte impacto político en Argentina.
Fue en un encuentro que reunió a movimientos populares de todo el mundo, pero donde Juan Grabois, ex precandidato presidencial de Unión por la Patria y fundador del grupo piquetero MTE, tuvo un lugar destacado. En ese contexto es que pronunció la frase que escaló a los titulares en redes sociales, diarios digitales, radios y televisión.
“Me hicieron ver (un video) filmado de una represión. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay: gas pimienta de primera calidad. Que no tenían derecho a reclamar lo suyo porque eran revoltosos, comunistas. El gobierno se puso firme: en vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta. Le convenía. Ténganlo en cuenta”, dijo Francisco, ante la mirada de Grabois.
Aunque la primera reacción del gobierno de Milei fue evitar un choque con una figura de la dimensión del Papa, luego empezaron a salir dirigentes que cuestionaron sus dichos y empezaron a definirlo como “jefe de la oposición”.
Y en esta línea se inscriben las manifestaciones de monseñor Ojea, quien además de defender a Bergoglio ratificó esta mirada crítica respecto a cómo aborda el gobierno libertario la cuestión de la calle.
“Cuando se hace una protesta, se sufre una violencia previa. Cuando un jubilado sale a reclamar es porque está sufriendo la violencia de no poder comprar remedios o de no llegar a fin de mes. Esta es la primera violencia. Cuando una persona sale a la calle por falta de trabajo, ha vivido la violencia de sentirse fuera de trabajo o fuera de las posibilidades de conseguirlo. Si a esa violencia se responde con más violencia yo tengo que hacer la advertencia: me parece que estamos criminalizando la protesta”, afirmó el presidente de la conferencia episcopal.
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