El Papa Francisco impartió una nueva catequesis durante la Audiencia General, continuando el ciclo dedicado a la pasión evangelizadora y al celo apostólico.

El anuncio del Evangelio «es más que una simple transmisión doctrinal y moral» señaló el Papa, para recordar que, sobre todo, es «testimonio del encuentro personal con Jesucristo». Y por eso es, precisamente, Cristo «el primer medio de evangelización» y «condición esencial para su eficacia».

La nueva catequesis giró en torno a la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi de San Pablo VI; un texto calificado por Francisco como la «carta Magna de la evangelización en el mundo contemporáneo». De hecho, el Papa ha reconocido que »parece escrita ayer" para señalar lo profético de las palabras con las que san Pablo VI reconocía que «el hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan».

"No se trata de transmitir una ideología o una doctrina sobre Dios"

Papa Francisco

La obra maestra de Pablo VIDe ahí que el testimonio verdadero no sea tanto una «actuación exhibida por los testigos, sino que representa más bien una reverberación, un reflejo de un camino de santidad que se nutre de la fuente sacramental del Bautismo, que sucede también como don de Dios y requiere ser acogida y que fructifique para nosotros y para los demás».El testimonio, vivido de este modo, «es indispensable» para Francisco, ya que no se trata de «transmitir una ideología o una doctrina sobre Dios», sino de «transmitir a Dios que se hace vida en mí… ».

A juicio de Francisco, Pablo VI entendió que «el celo por la evangelización brota de la santidad, se alimenta de la oración y, sobre todo, del amor a la Eucaristía»; de ahí que el Papa concluyera invitando a releer la Evangelii Nuntiandi, texto que él mismo «relee a menudo» y que definió «como la obra maestra de San Pablo VI y el legado que nos dejó para evangelizar».Citando la exhortación, el Papa reconoció que la Iglesia «necesita escuchar sin cesar lo que debe creer, las razones para esperar, el mandamiento nuevo del amor», esto es que la Iglesia «siempre tiene necesidad de ser evangelizada, tiene necesidad de tomar el Evangelio, rezar y sentir la fuerza del Espíritu que va cambiando el corazón» para que ella misma no se convierta «en una pieza de museo».