Los obispos peruanos atribuyen a la corrupción la crisis social en el país

Los obispos peruanos atribuyen a la corrupción la crisis social en el país

En un mensaje al término de su 126ª Asamblea Plenaria, la Conferencia Episcopal Peruana llamó a buscar el bien común y a no dejarse vencer por el pesimismo.

Al finalizar la 126ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), que se desarrolló del 22 al 26 de enero, los obispos del país llaman a no dejarse vencer por "el pesimismo, pues el pueblo peruano es luchador, creativo, emprendedor y capaz de realizar grandes obras, como lo ha demostrado a lo largo de la historia nacional. Es el momento de poner en evidencia nuestra gran reserva moral”.

Ante la grave situación general que está atravesando el Perú, y que está generando angustias y tristezas, pero también gozos y esperanzas, los obispos manifiestan “el compromiso de la Iglesia con la justicia social, a la cual no puede renunciar y que ha estado siempre presente en su misión”.

“Hoy – señalan los prelados – vivimos en un mundo en el que se mezcla paradójicamente el progreso tecnológico con la desatención a la pobreza y el maltrato a la naturaleza, un ‘mundo de sombras’ que necesita de la justicia y del cuidado de la Casa Común. La misión de la Iglesia, en fidelidad a Jesucristo es construir la fraternidad, hoy muy maltratada”.

Asimismo, los obispos peruanos evidencian que el país vive una suma de crisis que afectan la vida social, la economía, la política y, sobre todo, la ética. “La corrupción generalizada – indican– juega un rol central en los últimos años. Ella acompaña la historia republicana. Es una verdadera pandemia que se ha incrementado por el aumento de una economía ilegal”. Y que se manifiesta, según los pastores, en el narcotráfico, la minería ilegal, la tala ilegal, la trata de personas y el tráfico ilegítimo de inmuebles, así como en la aprobación de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre -que favorece la deforestación de la Amazonia- y en el lavado de activos mediante “inversiones” en todos los rubros.

Según los obispos peruanos, en todo esto se impone una economía que busca beneficios subalternos, violando la legalidad. Esta clase de economía se vale de un Estado débil y manipulable y, en ella, “las redes criminales han visto lo estratégico de corromper la política, y los partidos han sido reemplazados por organizaciones que no existen para representar, sino solo para ganar puestos para sí mismas en el Estado”. Todo esto golpea a los sectores más vulnerables de la población, "que exige una actitud urgente, decidida y eficaz de las autoridades competentes".

 

 

La responsabilidad de gobernantes y gobernados

Asimismo, los obispos peruanos señalan que es necesario que los gobernantes asuman sus responsabilidades, especialmente sobre los dramáticos hechos del frustrado golpe de Estado de diciembre de 2022. En este sentido, los pastores exponen que “el equilibrio de poderes con el Ejecutivo es muy débil y que la independencia de los órganos de control político ha sido dañada”. Por ello, están deslegitimados el Poder Ejecutivo y el Legislativo, como lo demuestran los altos niveles de desaprobación, según señalan los prelados.

Se estaría así ante una situación política forzada y peligrosa que alienta más el rechazo de la opinión pública.  “Este es el problema político más urgente. No basta que haya elecciones en dos años, que pueden ser muy críticos. Hay que promover ahora iniciativas claras que rompan pronto con este empantanamiento y que los líderes que lo sostienen se abran a nuevos caminos, a un diálogo distinto”.

Ante esta situación, los obispos peruanos animan a retomar un proyecto de país justo, fraterno, solidario y reconciliado, en el que “debemos encontrar el rumbo caminando juntos, corresponsablemente, en busca del bien común”. Para ello, los Pastores proponen un cambio de mentalidad, según la cual “la economía debe estar unida a la justicia social y ambiental” y se considere necesario proteger y defender la vida en toda circunstancia, desde la concepción hasta la muerte natural. Y, para esto, también es necesario que “la política vuelva a ser efectivamente representativa de los intereses ciudadanos y transparente para salir del gran hoyo en el que nos encontramos”.

Buscar el bien común

Finalmente, el episcopado peruano invoca “a todas las fuerzas sociales y políticas a buscar el consenso con políticas eficaces, por las cuales la agenda prioritaria sea el bienestar de todos los peruanos”.

"No nos dejemos vencer por el pesimismo, pues el pueblo peruano es luchador, creativo, emprendedor y capaz de realizar grandes obras, como lo ha demostrado a lo largo de la historia nacional", manifestaron los obispos. Por ello, piden al Estado, a las empresas y a las organizaciones sociales que lleguen a acuerdos concretos y sostenibles, mediante un diálogo justo, bien intencionado, transparente, sin violencias de ningún tipo y, también, que rindan cuentas a la ciudadanía. Y convocan asimismo al pueblo peruano "a tomar posición y asumir un compromiso activo, para participar en la identificación y construcción de las salidas que requerimos para superar la crisis".

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