«Priorizar la educación como único camino para modificar nuestros estilos de vida, con el fin de alcanzar otros mucho más solidarios, sustentables, humanos e integrales» fue la recomendación de los obispos mexicanos en su mensaje durante el Día Internacional de la Educación en el que señalaron situaciones como la corrupción, la desigualdad de oportunidades, la destrucción del entorno natural y la violencia; como las principales problemáticas que limitan su desarrollo en el país.
Reconociendo que miles de niños, adolescentes y jóvenes abandonaron los centros educativos durante la pandemia y muchos otros están pidiendo ayuda con el fin de regularizar sus conocimientos y procesos de aprendizaje, los prelados advirtieron sobre la importancia de unirse para superar las dificultades.
Un Pacto Educativo
«Es tiempo de organizarnos para formar comunidades educativas emergentes, que no busquen suplir a la escuela, sino fortalecer la autoestima, el entusiasmo y las cualidades socio emocionales de nuestros niños, adolescentes y jóvenes en su esfuerzo educativo,» indicaron.
Así, los obispos buscan animar, alentar y promover toda tarea educativa de cada persona que forme parte de la sociedad mexicana para favorecer el desarrollo integral, humano, solidario y sustentable. Haciendo eco del llamado del Papa Francisco, los obispos mexicanos invitaron a toda la sociedad a responder a la propuesta del Pacto Educativo Global porque consideran que en el centro de los problemas que afrontan como sociedad está el ser humano, sus desafíos y el reto de transformar la actual cultura pensando en la generación de una nueva civilización.
Educar desde la familia
«La educación es una actividad, un espacio de diálogo y encuentro que nos permite mejorar constantemente a cada ser humano, en su comprensión, actitudes y plenitud,» aseguraron.
Evocando el documento del episcopado mexicano titulado «Educar para una nueva sociedad,» los obispos señalaron que la tarea educativa implica algo más que la transferencia de conocimientos pues ha de involucrar la asimilación de valores por parte de la persona y una orientación decidida hacia la libertad con responsabilidad que permita que al educando optar por el bien y la verdad sobre el error. Una tarea en la que inciden la familia, el Estado, las organizaciones civiles, la Iglesia y las políticas públicas.
Incluso, afirman los obispos, desde antes de convocar al Pacto Educativo Global el Pontífice había enseñado que educar “es un acto de amor”.
Fortalecimiento institucional
Solamente en el amor y por el amor se educa, por lo que no se puede olvidar que son los padres de familia los primeros responsables de la educación de niños, niñas, adolescentes y jóvenes del país. «Ellos son los promotores y custodios del crecimiento, integral, sereno y sobre todo, humano».
En esta línea abogaron por que las instituciones educativas sean fortalecidas y ninguna se encuentre demeritada, porque los grandes valores universales deben ser cultivados a tiempo y a destiempo. Para la Iglesia sin la base de los valores no será posible alcanzar un desarrollo humano, integral, solidario y sustentable. «Sin esta base fundamental, no podremos transitar a una civilización más ordenada y fraterna. Es tiempo de cuidar y promover la vida humana y todas sus instituciones».
Trabajar en unidad
Así recordaron que todos los estamentos están llamados a ensanchar el corazón, reconociendo las implicaciones de vivir en una sociedad globalizada e interpelados para invertir los mejores talentos, recursos, tiempo y atención en los campos de la educación formal y no formal. Recuperar a las personas destinatarias de la educación requiere la participación de todos y con la suficiente planeación en áreas como el deporte, el arte y la cultura que son caminos que deben ofrecerse a las nuevas generaciones como «espacios de verdadera interiorización».
Finalmente, los prelados cierran su reflexión implorando que Jesucristo Divino Maestro, logre inspirar la promoción y el fortalecimiento de las iniciativas educativas en México, con el propósito de cultivar, desarrollar y proteger lo más esencial de todas y cada una de las personas de las comunidades y sus esfuerzos educativos.
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Las dificultades
La cobertura de la educación, la calidad de sus procesos, los problemas de gestión dentro del sistema educativo como la falta de recursos e inversión en infraestructura, constituyen las principales dificultades del sistema educativo en México. Al respecto la UNESCO ha hecho una serie de recomendaciones para mejorar estas dificultades que son de carácter estructural.
Entre ellas está la inclusión de la Educación Preescolar en la educación obligatoria básica, para permitir el acceso a las poblaciones vulnerables a este nivel educativo. Para ello es necesario proponer cambios curriculares en donde se fomente una mayor equidad entre niños y niñas, se priorice el aprendizaje de las comunidades indígenas, la creación de programas de regularización que ayude a combatir el rezago educativo y se trabaje para combatir la relación que existe entre el nivel socioeconómico de las personas y los logros académicos que pueden alcanzar.
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