Fue en una parroquia de una barriada periférica de Moreno Norte, en el conurbano bonaerense. Las siluetas del obispo mártir de la dictadura y del cura asesinado por su labor en la Villa 31, son obra del escultor Alejandro Marco; admirado por el Papa.
Como lo hacen anualmente, 23 obispos de la Región Pastoral Buenos Aires realizaron desde el lunes hasta este jueves una misión de difusión de la fe en la diócesis Merlo-Moreno.
El cierre de la primera jornada fue con una misa en la parroquia San Martín de Porres y con un gesto por demás emblemático: la bendición de dos imágenes: una del beato mártir riojano Enrique Angelelli y otra del sacerdote Carlos Mugica realizadas por el artista plástico Alejandro Marmo en las paredes de una parroquia de Moreno Sur.
Los nombres del obispo y el sacerdotes no fueron elegidos al azar. Angelelli fue el obispo de La Rioja que fue beatificado por el Papa Francisco y declarado mártir ya que fue asesinado por la dictadura militar argentina, con la que se mostró crítico. Por su parte Carlos Mugica fue fundador del Movimiento de Curas Villeros y de la parroquia Cristo Obrero en el Barrio 31 de Retiro. Fue asesinado por la Triple A.
“La idea es que los obispos juntos, después de recorrer la zona y de visitar a los 100 chicos que viven en el Hogar de Cristo que tendemos en la parroquia, bendigan las dos imágenes como un símbolo de la realidad de estos barrios tan necesitados y un homenaje a quienes dieron su vida por los pobres”, señala el padre Leonardo Sillo, anfitrión de los prelados e integrante del Movimiento de Curas Villeros.
Para el sacerdote que trabaja en una zona vulnerable de Moreno Sur, la presencia de los dos curas iluminados en el playón de su parroquia será “un signo de unidad” de la Iglesia, en una época en la que se impone la violencia y los discursos del odio.
“Desde diversos sectores políticos se multiplican los ataques al papa Francisco como pastor y como padre. Quizás porque él interpela a los poderosos- argumenta Sillo- Lo tratan de comunista y solo pone el Evangelio sobre la mesa como venimos haciendo los cristianos hace 2000 años”.
De cara al futuro, el cura les pide a los políticos y a los dirigentes que hagan carne las palabras de Monseñor Angelelli y estén “con un oído en el pueblo y otro en el Evangelio”. “La verdadera política es hacer lo que la gente necesita”, define.
Por su parte, el escultor Alejandro Marmo, que es autor de las siluetas de Eva Perón localizadas en la 9 de Julio, destaca que ambas imágenes fueron realizadas con materiales de descarte, “como la Virgen que está en el Vaticano. Es un modo de transformar la marginalidad en divinidad”.
“Múgica y Angelelli iluminan la memoria para no caer en la simbología de la violencia que tiene la motosierra”, analiza el artista que usa efectivamente la máquina dentada tan mencionada en la campaña. “En el taller le tenemos muchísimo respeto a ese aparato. Puede generar mucho daño en quien la usa y en los demás”, sintetiza el creador de las siluetas de Carlos Mugica que están en el cruce de la Avenida 9 de Julio y Arroyo, en el barrio porteño de Recoleta y también en el Barrio 31.
Aunque Marmo suele encarar proyectos con los curas villeros y ha forjado otras imágenes del fundador del movimiento, es la primera vez que realiza a Monseñor Angelelli. “Es un buen momento para recordar su figura en medio de este desencuentro que tiene una parte de la población con la Iglesia. Fue alguien que mantuvo una posición firme frente a lo social. Quizás como Francisco que no es un papa estandar sino alguien que llegó a transformar la Iglesia”, argumenta el artista,
Comentá la nota