La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) ha expresado su solidaridad con la Iglesia y el pueblo nicaragüense ante la arremetida del régimen de Daniel Ortega en los últimos meses.
Invocando el pasaje bíblico de Corintios I (12,26) «si sufre un miembro, todos los demás sufren con él», los Obispos “junto a todo el pueblo de Dios que peregrina en la República Dominicana, hacemos nuestros los agravios que sufre nuestra querida Iglesia católica en Nicaragua, perseguida y violentada”.
“Nos duele la condena injusta a monseñor Rolando José Álvarez Lago, a los sacerdotes,
agentes de pastoral y laicos prisioneros, la situación de las Diócesis de Matagalpa y de León privadas improcedentemente de sus pastores”, han dicho.
Indignación por las amenazas
Asimismo expresaron su indignación por “las amenazas y expulsiones de congregaciones religiosas, así como, la confiscación de universidades católicas, la anulación de la nacionalidad a los que se oponen al sistema establecido, el impedimento de expresar la fe en las calles, la persecución a las comunidades eclesiales y grupos sociales, de igual manera, la pretensión de silenciar el liderazgo eclesial y nacional”.
Echando mano del periodo dictatorial que vivieron con Rafael Leonidas Trujillo expresaron que “nos tocó pasar por hechos similares al final de una férrea dictadura. En tal sentido, les transmitimos a nuestros queridos hermanos obispos de la Iglesia católica en Nicaragua y a todo el pueblo, como lo hicimos en la carta enviada a la Conferencia Episcopal de Nicaragua en agosto de 2022, nuestra cercanía espiritual, solidaridad en el sufrimiento”.
En tanto elevan sus plegarias “al Dios de la vida, al Príncipe de la Paz y al Señor de los Señores, para que les regale la perseverancia, la libertad, la serenidad, y la confianza en Aquel que nos asegura su victoria a pesar de las dificultades” y, de manera muy especial, los encomiendan “a nuestra madre María, la Purísima”, patrona de Nicaragua.
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