La Conferencia Episcopal peruana canceló la Eucaristía prevista para este 20 de enero en el Santuario de las Nazarenas. El objetivo de los obispos era cerrar los trabajos de la 124ª Asamblea Plenaria del Episcopado, orando por sus compatriotas y el anhelado don de la paz.
En el anuncio oficial los prelados explicaron que la Eucaristía planeada para que fuera presidida por Monseñor Miguel Cabrejos, presidente de la entidad y concelebrada por sus hermanos en el episcopado se programará para otra fecha pensando en facilitar la participación del Pueblo de Dios.
La 124ª Asamblea Plenaria del Episcopado peruano entró en su recta final y para clausurar esta semana de reflexiones pastorales, elecciones internas y análisis de la realidad, los obispos de las 46 jurisdicciones eclesiásticas del país andino pensaron en unirse en oración junto al pueblo de Dios para reiterar su llamado a la paz; pero presumiblemente por las condiciones de orden público la ceremonia fue suspendida.
La toma de Lima
Este 19 de enero diferentes movilizaciones llegaron hasta la capital peruana, respondiendo a la convocatoria de la denominada «toma de Lima» una invitación hecha por diversas organizaciones civiles que exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, además de una convocatoria inmediata a elecciones que permitan un cambio en los poderes Ejecutivo y legislativo, es decir, en el congreso.
Dado que se han presentado momentos de tensión entre la policía y los manifestantes en los días previos, la preocupación entre las autoridades y la sociedad civil persiste por lo que se suspendieron las clases en las universidades y se solicitó a las empresas que faciliten el trabajo desde casa con el fin de limitar el tránsito de civiles por las calles de Lima. Por su parte el Ministerio de Salud declaró la alerta roja en los diferentes centros de salud del país, conscientes de la probabilidad de que las manifestaciones se extiendan a otras ciudades, en forma simultánea.
La convocatoria
Inicialmente la toma de Lima fue convocada por las comunidades indígenas, luego se unieron los estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y los miembros de la Confederación General de Trabajadores del Perú, que constituye una de las principales agremiaciones sindicales del país lo que coincidió con la fecha pactada para adelantar el paro nacional.
Algunos de los manifestantes abogan por una nueva constitución y la liberación de expresidente Pedro Castillo, culpando a los miembros del gobierno de las muertes que se han presentado en el contexto de las movilizaciones y en las que presuntamente se presentaron violaciones a los derechos humanos, lo que apenas se encuentra en investigación por parte de los organismos competentes.
Por su parte la presidenta Dina Boluarte ha sido enfática al decir que no renunciará al cargo, exhortando a los manifestantes a expresar su descontento de manera pacífica y reiterando su disposición para dialogar, aclarando que no podrá referirse a temas como la disolución del congreso o la reforma de la constitución por tratarse de temas que se encuentran fuera de sus competencias como primera mandataria de los peruanos. «Mi compromiso es con el Perú, no con ese grupo minúsculo que está haciendo sangrar a la Patria,» afirmó.
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Familias en duelo
Se calcula que los diferentes episodios de violencia en Perú han dejado cifras cercanas a los 52 muertos y los mil heridos. En ciudades como Arequipa los reportes oficiales de este 19 de enero hablan de una toma del aeropuerto Alfredo Rodríguez Ballón por parte de manifestantes que incendiaron una de las casetas de vigilancia y las luces empleadas para el aterrizaje de las aeronaves. Se sabe que miembros del Ejército y de la policía lograron retomar el control del terminal aéreo aplicando los protocolos que corresponden al caso.
La presidenta Dina Boluarte aseguró que los actos violentos que se presentaron en el contexto de las protestas no quedarán en la impunidad, esto tras conocerse el incendio en zonas aledañas a la plaza de San Martín y que el cuerpo de bomberos calificó como fuera de control o lo que se conoce como código 3, mientras desde la organización Aeropuertos Andinos de Perú se hizo un llamado por la paz ante las amenazas en contra de las instalaciones de los terminales aéreos. “El gobierno está firme y su gabinete más unido que nunca, llamo al dialogo, a la calma,” aseguró la mandataria.
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