Tras reunirse en Santo Tomé, difundieron una declaración en la que atribuyen este cuadro a la "violencia incontrolable", a las políticas "prebendarias y clientelistas" y al caudillismo que socava cualquier intento de construir un futuro en libertad.
Por Sergio Rubin
Los obispos del Noreste del país trazaron un grave diagnóstico de la situación en su región, al señalar “una violencia incontrolable” en buena medida producto del narcotráfico y las adicciones, “políticas prebendarias y clientelistas, patentes y graves” que constituyen una afrenta a la dignidad humana y el hecho de que “en algunas de nuestras provincias el caudillismo es fuerte, tanto que a veces, puede sofocar cualquier intento de construir un futuro en libertad y fraternidad”.
En una extensa declaración titulada “construyamos juntos la fraternidad: reflexiones pastorales de los obispos del NEA al pueblo de la región” tras varios días de reunión en Santo Tomé, Corrientes, critican tanto “los sistemas estatistas y populistas” como “la apertura indiscriminada anárquica a los mercados” y demandan “políticas de promoción más vigorosas, que ayuden a salir de la miseria y la indigencia a grandes masas de pobres”.
Por otra parte, afirman que “el trabajo esclavo o la falta de trabajo digno y estable, es un cáncer que carcome la vida de las familias, y va mellando valores como la honradez, el sacrificio, la laboriosidad y el aporte solidario al bien común” y subrayan que “frente al aprecio natural a la vida en nuestra gente, nos encontramos lamentablemente con la legalización del aborto, dando rango legal al homicidio, que es el más flagrante atentado contra la vida humana inocente”.
“Percibimos en nuestro país, y particularmente en nuestra zona -dicen más adelante- , una conciencia y un compromiso muy débiles, tanto en lo que hace a la ecología doméstica, como a las políticas de estado, que no garantizan las medidas adecuadas para proteger los territorios y a sus habitantes de la deforestación, los monocultivos y la contaminación de las aguas, siendo especialmente afectados los pequeños campesinos, los chacareros y los miembros de los pueblos originarios”.
Si bien reconocen que “hemos avanzado en la aceptación de la pluralidad, es mucho lo que todavía tenemos que caminar. Esto lo observamos en nuestra realidad local. En algunas de nuestras provincias el caudillismo es fuerte, tanto que a veces, puede sofocar cualquier intento de construir un futuro en libertad y fraternidad”.
“Los sistemas estatistas y populistas tienden a sofocar la libertad de las personas, generando dependencias nocivas, aumentando progresivamente los controles del Estado y poniendo la economía al borde del colapso”, advierten.
No obstante, afirman que ·la solución de este drama no pasa por la apertura indiscriminada y anárquica de los mercados, donde siempre termina perdiendo quien menos posibilidades tiene. Ni el paternalismo exagerado ni la ausencia de una regulación fundamental aseguran una auténtica libertad”.
“En este marco -añaden-, preocupa el desinterés por la educación, que ha sido y es uno de los grandes motores del crecimiento de la Patria. A su nivel frecuentemente desparejo y deficitario en lo que se refiere a contenidos, se suma la incidencia de ideologías foráneas, que se alimentan de visiones pseudo progresistas, con programas de adoctrinamiento, que nada suman a un discernimiento serio para clarificar quienes somos y hacia dónde queremos ir. La manipulación de la educación es un mal a erradicar. Es necesario comprometerse para revertir este proceso”.
En el tramo final consideran “posible un ejercicio más fecundo de la democracia, que consiste en una mayor libertad de expresión y participación, en una sana alternancia en el ejercicio del poder, en una lucha más efectiva contra la corrupción y el narcotráfico, en políticas de promoción más vigorosas, que ayuden a salir de la miseria y la indigencia a grandes masas de pobres, que subsisten en regiones despobladas o en los cordones urbanos de nuestras ciudades”.
Firman: Mons. Ramón Dus, Arzobispo de Resistencia, Mons. Andrés Stanovnik, Arzobispo de Corrientes, Mons. José Vicente Conejero, Obispo de Formosa, Mons. Hugo Barbaro, Obispo de Presidencia Roque Sáenz Peña, Mons. Juan Martínez, Obispo de Posadas, Mons. Damián Bitar, Obispo de Oberá, Mons. Adolfo Canecín, Obispo de Goya, Mons. Ricardo Faifer, Obispo emérito de Goya, Mons. Ángel José Macín, Obispo de Reconquista, Mons. Nicolás Baisi, Obispo de Puerto Iguazú, Mons. José Adolfo Larregain, Obispo auxiliar de Corrientes, Mons. Gustavo Montini, Obispo de Santo Tomé. Santo Tomé (Corrientes), 29 de febrero de 2024.
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