Presidida por el Obispo Gabriel Mestre y concelebrada por todos los sacerdotes de las diócesis, se realizó en la Iglesia Catedral a la fiesta de la unidad diocesana, del presbítero unido con su obispo, del obispo y su presbiterio unido a todo el pueblo de Dios.
Fue la celebración de la fiesta de la fidelidad sacerdotal, en la cual los presbíteros renovaron las promesas pronunciadas el día de su ordenación. Fue la fiesta de la bendición de los óleos y la consagración del santo Crisma, a través de los cuales, la celebración de los sacramentos seguirá construyendo la unidad diocesana.
Homilía del Obispo Gabriel Mestre
Bajo el título “Recibe la ofrenda del Pueblo Santo para presentarla a Dios. Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras y conforma tu vida con el misterio de la Cruz del Señor” el obispo desarrolló su homilía frente a los sacerdotes y toda la comunidad.
Mestre dijo “hoy, en esta Misa Crismal, seguimos transitando este camino de renovación en Cristo. Los presbíteros de nuestra Iglesia Diocesana renovarán lo que Dios hizo en ellos el día de la ordenación. Dentro unos instantes les voy a preguntar: ¿Quieren renovar, ante su obispo y el Santo Pueblo de Dios, las promesas sacerdotales que un día formularon? A la luz de esta pregunta y su consecuente respuesta, quisiera concentrarme en esto de renovar las promesas sacerdotales. Los textos bíblicos y litúrgicos nos dan un marco amplio y variado para que hoy renovemos y renueven el servicio ministerial.
En este marco profundamente sacerdotal, haciendo memoria de nuestra ordenación, traigo una frase del rito que siempre me conmovió profundamente: Recibe la ofrenda del Pueblo Santo para presentarla a Dios. Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras y conforma tu vida con el misterio de la Cruz del Señor. Estas palabras las volvemos a escuchar dirigidas a cada uno de nosotros cuando el obispo nos encomienda el cuidado pastoral de una parroquia.
Quiero que recordemos hoy de forma vital y existencial, esta oración que se nos dijo luego de la plegaria de ordenación y la unción de nuestras manos, cuando recibíamos el pan y el vino para consagrar. La frase es muy rica y es una verdadera síntesis bíblica y litúrgica del sacramento del Orden Sagrado para la Iglesia Católica: Recibe la ofrenda del Pueblo Santo para presentarla a Dios. Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras y conforma tu vida con el misterio de la Cruz del Señor.
Los tres puntos de mi meditación de hoy se concentran entonces, en los tres sintagmas de la oración ritual que acabamos de compartir. Se podrían sintetizar en tres palabras, no exclusivas ni excluyentes: PUEBLO, CONMEMORAS, CRUZ”
1) Recibe la ofrenda del PUEBLO Santo para presentarla a Dios
2) Considera lo que realizas e imita lo que CONMEMORAS
3) Conforma tu vida con el misterio de la CRUZ del Señor
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