El obispo de Osnabrück, Franz-Josef Bode, ha desmentido las informaciones que le acusan de estar «decepcionado» con las reformas del Papa hasta la fecha. Esto no es cierto; más bien está «desilusionado». Él mismo, ha asegurado, ha podido hablar largo y tendido con Francisco sobre «todos los problemas acuciantes» a los que se enfrenta la Iglesia.
El prelado, quien reconocó recientemente haber actuado mal en casos de abusos pero rechazó renunciar por ello, opinó que ante tantas crisis la Iglesia no debe preocuparse sólo de sí misma y pelearse. Aunque en la Iglesia no parezca quedar piedra sobre piedra, hay que construir cosas nuevas para vivir el mensaje cristiano de forma más creíble entre la gente.
La continua necesidad de asumir los abusos de diversa índole no sólo debe ser una sombra, sino también una motivación. El proceso de reforma del Camino Sinodal de la Iglesia en Alemania, así como el Sínodo mundial iniciado por el Papa, son elementos importantes para el curso futuro de la Iglesia, subrayó Bode, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Alemana. La nueva legislación laboral de la Iglesia también ofrece oportunidades para un nuevo comienzo. Sin embargo, dijo, aún hay que ver con más detalle qué significa en el futuro que los empleados se identifiquen con la iglesia como empresa.
Desilusión en la diócesis
Anteriormente, el Vicario General Ulrich Beckwermert había señalado que se está produciendo un estado de ánimo parcialmente desilusionado en la diócesis. Desde el informe provisional de septiembre sobre los abusos en la diócesis, ha habido «horror y decepción hacia el obispo y los dirigentes de la diócesis; la confianza se ha roto». Para su tramitación posterior, la diócesis necesita tanto a los afectados como a expertos externos. Merecen nuestro agradecimiento «porque no podemos hacerlo solos». Al mismo tiempo, el Vicario General pidió a los invitados de la política, las comunidades religiosas, las empresas, las órdenes religiosas y las congregaciones: Por favor, no nos abandonéis.
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