Monseñor Jesús Catalá, Obispo de Málaga, España, en su Mensaje para esta Navidad, invita a los fieles a reflexionar en el misterio del Nacimiento de Jesús en Belén como “la presencia del Amor de Dios en el mundo, único modo para alcanzar la felicidad y la plenitud del ser humano”.
“Solo mediante la adhesión total a Cristo puede conseguir el hombre la plenitud de su felicidad. El Nacimiento de Jesús en Belén es la presencia del Amor de Dios en el mundo, único modo para alcanzar la felicidad y la plenitud del ser humano”, lo escribe Monseñor Jesús Catalá, Obispo de Málaga, España, en su Mensaje para esta Navidad.
“Cristo, plenitud de los tiempos”
El mensaje del Obispo malacitano se centra en el misterio de “Cristo, plenitud de los tiempos”, es decir, que “Cristo no solamente vino al mundo en la plenitud de los tiempos, sino que Él mismo es la plenitud del tiempo”. Cristo vino precisamente para “restaurar” la situación de pecado y de desorden que el hombre había causado con su desobediencia.
“El ser humano, creado por Dios a su imagen y semejanza (cf. Gn 1, 27), perdió su estado de bondad preternatural a causa de su desobediencia (cf. Gn 3, 23) y apareció la hostilidad en lugar de la armonía y convivencia pacífica. Dios había prometido restaurar esa situación de pecado y desorden con la descendencia de una mujer (cf. Gn 3, 15). Pero la humanidad necesitaba tiempo para ir madurando y ser capaz de recibir la salvación prometida”.
El Hijo de Dios nacido de mujer
Por ello, Don Jesús Catalá afirma que, «Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer (...), para que recibiéramos la adopción filial» (Gal 4, 4-5). El contenido fundamental de la revelación bíblica es la persona y obra de Jesucristo, el Hijo de Dios nacido de María, enviado como Mesías, Señor y Salvador de toda la humanidad.
“Cristo no solamente vino al mundo en la plenitud de los tiempos, sino que Él mismo es la plenitud del tiempo. Él es el centro de la historia universal. Cristo es el eje de los acontecimientos del mundo y la clave de la historia. Desde la venida de Cristo al mundo, que celebramos en la Navidad, la humanidad avanza hacia su plenitud de manera inexorable (cf. Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 48)”.
Cristo felicidad y plenitud del hombre
El Obispo de Málaga también señala que, en todo tiempo y momento, el ser humano busca desesperadamente la felicidad, pero no siempre la encuentra. “Existen muchos falsos reclamos de felicidad en nuestra sociedad – puntualiza el Obispo malacitano – ofrecidos como consumo, placer y goces mundanos. Pero esto no satisface la sed de felicidad profunda y eterna que alberga en el corazón del hombre”.
“Solo mediante la adhesión total a Cristo puede conseguir el hombre la plenitud de su felicidad. El Nacimiento de Jesús en Belén es la presencia del Amor de Dios en el mundo, único modo para alcanzar la felicidad y la plenitud del ser humano”.
Que la Navidad llene vuestro corazón de alegría y os haga cada día más dichosos y mejores personas. ¡Feliz Navidad a todos!
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