El obispo del Chaco, monseñor Gabriel Escobar, dijo que existe una total desidia del Gobierno para las 60 familias de Karandayty, cuyos pobladores denuncian la colocación de portones en los caminos rurales que siempre utilizaron.
Estas familias dicen estar aisladas ya que los portones permanecen llaveados todo el tiempo por parte de grandes ganaderos, por lo que son obligados a realizar varios kilómetros de más para llegar a la población más cercana a fin de reabastecerse.
Existe un abandono estatal hacia estos humildes compatriotas, dijo el obispo durante su homilía en la celebración litúrgica celebrada este domingo en la catedral de María Auxiliadora en esta localidad. “Es una verdadera pena lo que están sufriendo estas familias, atendiendo que las tierras del Chaco fueron defendidas con sangre para evitar la pérdida de esta región y ahora lamentablemente se tropieza con esta triste realidad por la desidia estatal”, expresó.
Los grandes ganaderos que colocaron los portones son extranjeros. Ante la mediación del Juzgado de Paz de Olimpo, a cargo de la abogada Estela Alcaraz, proponen buscar otros caminos para los pobladores, lo que sin embargo no evitará el hecho de realizar más kilómetros. Plantean además registrar en un libro la entrada y salida de personas por dichos lugares, alegando que son propiedades privadas y no caminos públicos.
La zona en conflicto dista a unos 220 km del casco urbano de Olimpo.
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