A 109 años del fallecimiento del Santo Cura Brochero, el Obispo Castrense de Argentina y Delegado Episcopal para las Causas de los Santos, Mons. Santiago Olivera, reflexionó sobre su vida y santidad.
Por Julieta Villar
En una columna publicada en el portal MDZ, el Obispo recordó que Doña Petrona Dávila; cuando su hijo se iba para ingresar al seminario, le dijo: “Dios cuenta contigo, hijo para construir nuestra patria, no lo defraudes”.
“Por su amigo Jesús, José Gabriel entregó, gastó y desgastó su vida”, aseguró Mons. Olivera. “Lo sabemos, dio todo, nada se reservó para sí”, añadió.
Para el Prelado, Brochero “fue sin duda un ‘hombre de Dios para su Pueblo’. Y su pueblo lo supo ver, intuir y oler como pastor con olor a oveja, pero también, sin duda pastor con olor a Dios”.
En referencia a aquellas palabras de su madre, Mons. Olivera afirmó: “Fueron una exhortación que vislumbró, en sus jóvenes dieciséis años- edad que tenía al ingresar al seminario- como una sentencia para la vida, para que su vida fuese fecunda, fiel, alegre y generosa”.
“Siempre se nos habla de la palabra como rectora de vida”, señaló el Obispo en su reflexión, y aclaró: “No es palabra abstracta, sino que- al estilo de Jesús– se encarna en gestos concretos. Lo que predicamos, si no lo hacemos vida, carece de todo fruto”.
“No hay un evangelio ‘abstracto’”, insistió. “Porque Dios no lo es. Sino que ha asumido toda nuestra condición, menos la del pecado, en Jesús”.
Brochero, aseguró Mons. Olivera, “fue un verdadero hombre de Palabra, aún en circunstancias adversas y difíciles”.
El Obispo dijo luego que “las palabras sabias y creyentes de doña Petrona también habrán ayudado al joven José Gabriel, al seminarista José Gabriel y, sin duda, al padre José Gabriel en su discernimiento”.
“Construir la Patria, hermosa aventura brocheriana, pero desde los valores del Evangelio, con valores y oportunidades para todos. Él entendió muy bien que Evangelio y promoción humana van de la mano”, valoró.
Finalmente, Mons. Olivera consideró que “un lindo homenaje al cura santo, será asumir- como él- las palabras de su madre y ‘ponernos al hombro’, al mejor estilo brocheriano, la construcción y sostén de nuestra patria”.
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