Danilo Corazza y Roberto Figueroa fueron ordenados por el arzobispo Gabriel Mestre, quien los animó a "renovar su fe y creer realmente en el Señor, que los consagra al servicio diaconal".
El arzobispo de La Plata, Gabriel Mestre, ordenó diáconos permanentes de esa Iglesia particular a Danilo Corazza y Roberto Figueroa, durante la celebración que presidió el viernes 26 de abril en la catedral arquidiocesana.
Concelebraron la Eucaristía los obispos auxiliares, Alberto Bochatey OSA, Jorge González y Federico Wechsung, junto con varios sacerdotes del clero arquidiocesano. Participaron también de la celebración diáconos, seminaristas, religiosas y miembros de las comunidades en las que los nuevos diáconos sirven actualmente.
En sus palabras a los ordenandos, monseñor Mestre recordó que “ambos surgen al diaconado en el marco de la vida pastoral de parroquias y movimientos de nuestra arquidiócesis”, y agradeció el acompañamiento de los directores espirituales, así como la tarea de los sacerdotes Guillermo Khidir y Carlos Martín, delegados por el arzobispo para la formación de los diáconos permanentes.
Además, recordó que, “para poder dimensionar y ratificar una posible vocación al diaconado permanente, es absolutamente necesario el marco comunitario eclesial en capillas, escuelas, parroquias y movimientos”.
En ese marco espiritual y pastoral, y a la luz de los textos bíblicos, propuso tres breves pensamientos, sintetizados en tres palabras: creer, testigos, frase.
Creer en Dios sin inquietarse
“Queridos Danilo y Roberto, que hoy puedan renovar su fe, creer realmente en el Señor que los consagra al servicio diaconal. Que aquello que hagan o dejen de hacer en su vida personal y pastoral, esté motivado siempre por la fe: diáconos que verdaderamente creen en Dios”, señaló el arquidiocesano.
Testigos y anunciadores de la Buena Noticia
“Ustedes -agregó- han buscado hasta ahora ser verdaderos testigos del Evangelio. De ahora en más, tendrán que procurarlo más que nunca. Como diáconos, por sobre todas las cosas serán animadores de comunidades. Para animar una comunidad en la dinámica del pastoreo de Cristo, hay que ser testigo del encuentro con Él”.
Finalmente, les recordó: “Ustedes dos también han experimentado el paso de Dios en sus vidas muchas veces. En algunas circunstancias con alegría, en otras con dolor. Hoy experimentan ese paso del Señor en la celebración de su ordenación diaconal. Cada uno ha elegido una frase que los define hoy”.
Para concluir, el arzobispo agradeció también el acompañamiento de las esposas, las familias, las comunidades y los pastores de los nuevos diáconos.
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