Por Claudio Avruj
Aunque parezca una obviedad la denuncia de la DAIA por los dichos del Sr. Santiago Cúneo, quien dijo: «Nuestros hijos crecen en el ateísmo mediático impulsado por los ortodoxos sionistas que asesinan Palestinos» me parece tan relevante, como necesaria e importante.
Y es eso lo que me provoca escribir estas líneas.
En estos días, mi whatsappp fue destinatario de decenas de reenvios sobre el antisemitismo que se manifiesta pública, masiva y desvergonzadamente en Francia de la mano de los chalecos amarillos. Whatsapp y mail con el mismo texto y agregados de indignación, estupor y enojo con Francia y los franceses llegaron sin solución de continuidad y circularon profusamente. Haberlos recibido innumerablemente dan cuenta de su viralización. Aunque en menor medida, ocurrió lo mismo con la noticia de la Corte de la Haya respecto de dar curso a las investigaciones sobre supuestos crímenes de Israel en perjuicio del pueblo Palestino. Que estas discusiones masivas se dieran me parece correcto y saludable pues son temas que nos preocupan cuando ponen en riesgo la vida y la dignidad de nuestro pueblo y comunidad e incluso su seguridad donde y cuando fuere.
No ha ocurrido lo mismo con las declaraciones del Sr. Santiago Cuneo. Salvo los whatsapp y Twitter de los medios de comunicación judíos, casi nada me ha llegado y pocos de mi entorno lo sabían siquiera. ¿Un acto antisemita se mide por su intensidad o gravedad o por quien lo lleva adelante o corresponde denunciarlo siempre que se produzca? ¿Por qué conocemos al personaje en este caso Cúneo que reitera sus ataques, deja de ser importante para la opinión pública, sumergida en otros graves problemas coyunturales? ¿Es más grave el antisemitismo y el antisionismo en el mundo que cuando se profesa en la Argentina? ¿Corremos menos riesgo cuando nos hacemos cargo como víctimas del antisemitismo lejos de nosotros que cuando lo somos en nuestro país?.
Me llama la atención y me preocupa. Por eso celebro que la DAIA realice la denuncia y la haga saber y que los medios periodísticos judíos la difundan. Deberán hacerlo todos los medios y expresarse cada espacio político. Su indiferencia es grave. Cada uno de nosotros debemos saber que somos responsables el uno por el otro y es tan necesario salir al cruce rápidamente de quien se presenta con su discurso de odio, porque la ley nos ampara y la ética de la convivencia lo impone por el riesgo que implica la difusión del mensaje discriminador.
Y ya sabemos: el antisemitismo y la discriminación parten del prejuicio y este de la falta de educación. Y en este terreno nuestro país está lejos de estar en un buen momento. Quien crea que le hemos ganado la batalla al antisemitismo estará equivocado, en nuestra Argentina plural e inclusiva aún subyace y existe. Hay mucho por hacer. Acompañemos a la DAIA no haciendo silencio.
Claudio Avruj, Ex Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación
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