En ciudades del Norte de Europa sólo hay tres horas de tiempo para comer durante Ramadán.
En verano los ayunos llegan hasta las 22 horas en algunas ciudades europeas
“Esto es una prueba de resistencia, esfuerzo y paciencia”, dice Irfan Al Hajj, quien vive en Finmark, Noruega. Allí el ayuno es una prueba de fe indudable: 20 horas de ayuno y poco más de tres horas para ingerir comidas y alimentos. A pesar de ello, lo viven como una celebración colectiva: se organizan iftars en comunidad y las mezquitas se llenan de ayunantes. Allí, en verano los ayunos llegan hasta las 22 horas al día.
En Inglaterra y Finlandia los ayunos también son extensos. Y se los vive con la misma actitud de aprendizaje y celebración, donde hasta algunas tiendas de comidas, propiedad de musulmanes, donan comida a los ayunantes.
«Cuanto más largo sea el período de ayuno”, dice Jalal Al Ayoubi, empleado en una restorán libanés en Inglaterra, “más fuerte será la determinación del creyente y más paciencia tendrá para soportar el hambre y la sed”, dijo. Al comienzo, asegura, los nuevos inmigrantes que llegan a Inglaterra sufren la extensión de los ayunos y algunos se rigen de acuerdo al horario de otros países. Pero, en poco tiempo, sugiere Ayoubi, se acostumbran y ayunan sin problemas.
En Europa, los musulmanes ayunan durante unas 18 horas. Pero en el Norte, como en Groenlandia, Finlandia, Inglaterra y Noruega los ayunos pueden llegar a las 20 horas.
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