Mariani fue ordenado sacerdote en diciembre de 1951 y ejerció el ministerio en Villa María y Río Ceballos; pero su resonancia mayor la alcanzó al frente de la Parroquia Nuestra Señora del Valle, popularmente conocida con el nombre de “La Cripta”, en Villa Belgrano. 

En junio de 2008 estuvo en Villa María para acompañar la fogata San Juan, que se realizó con el objetivo de "iluminar los caminos de la Justicia", buscando acelerar la causa que investigaba el ataque a "Caño" Roganti.

Mariani acompañó el Cordobazo, el Calerazo, el Viborazo, el Navarrazo, y acompañó a las víctimas de la dictadura y el exilio.

Su presencia y su acción eclesial y ciudadana se fue definiendo como “contestataria”, originando fervorosas adhesiones y encendidos rechazos, describió La Nueva Mañana.

El 25 de Junio de 2006 se despidió de la comunidad de La Cripta por haber renunciado a su condición de Cura Párroco, pero Mariani no abandonó su estado sacerdotal.