Multitudinaria fiesta de la Inmaculada Concepción en Villa María

Multitudinaria fiesta de la Inmaculada Concepción en Villa María

Con un marco que revivió épocas de antaño, numerosos fieles participaron, el domingo 8, de la misa y la procesión en honor de la patrona de la diócesis. El Mons.Jofré presidió la ceremonia central.

 

Proporcionando un marco que, por lo multitudinario, hizo revivir épocas de antaño, una multitud de fieles participó, el domingo 8 de diciembre, de la misa y la procesión en honor de la Inmaculada Concepción, patrona de la ciudad y de toda la diócesis de Villa María.

Monseñor Samuel Jofré, el obispo de esa jurisdicción, presidió la celebración religiosa, acompañado por el clero local. A la celebración de la Inmaculada Concepción, también se sumaron los festejos por los 150 años de la parroquia que lleva ese nombre. Los actos contaron con la participación de funcionarios locales y provinciales, y de representantes de instituciones intermedias.

En su homilía, monseñor Jofré reflexionó sobre el Adviento, "tiempo de celebración de la primera venida en la próxima Navidad y espera amorosa de la segunda venida, al final de nuestras vidas. Pero, también, esperanzados de una nueva venida a nuestras almas, por la gracia de Dios, con la seguridad de que su amor nos cuida y cuidará siempre".

Sobre el misterio de la Inmaculada Concepción de María, señaló que "consiste en que, en el mismo instante en que María recibió la vida, naturalmente en el seno de su madre, fue santificada y preservada de la dolorosa herencia del pecado original, que sí padecemos todo el resto de los mortales. Junto a ese privilegio, ella fue colmada de todas las gracias y bendiciones de Dios".

"María es santa, limpia y pura, por mérito de su Hijo Jesús; por ello, el culto que le rendimos no menoscaba en nada la única adoración que le debemos a Dios, fuente de todos los bienes en el cielo y en la tierra", aclaró.

A su vez, resaltó que "este privilegio recibido por María, antes de poder ejercer ella su libertad, nos recuerda que la salvación de todo hombre es un don de Dios totalmente gratuito". "Nuestra colaboración en la obra salvadora es siempre imperfecta, llena de errores y caídas. En cambio, sólo María colaboró perfectamente con Dios, sin mancha de pecado o error", añadió.

El prelado animó a "ofrecer a la gente los inmerecidos grandes regalos de Dios a todos: la Encarnación de su Hijo, la muerte de Jesús por nuestros pecados y su resurrección para que tengamos vida, el don del Espíritu Santo, la filiación divina, la Iglesia como familia y, en ella, la Virgen purísima como Madre".

 

 

"Quedando claro el regalo gratuito de Dios para todos, recién entonces podemos enseñar la respuesta que Dios espera de nosotros a semejantes dones", prosiguió, y detalló que, "antes de todos estos regalos que la religión nos ofrece, hay un don, también inmerecido, que Dios nos hace y es condición para todos los demás: el precioso regalo de la vida humana".

En ese sentido, expuso que "hoy es necesario gritar que la vida es un gran don de Dios, que es buena y vale la pena vivirla, agradecerla y transmitirla con generosidad". Por eso, recordó que, "durante este año, en toda la diócesis, se ha meditado y recordado la gran dignidad de la vida humana, como respuesta a una necesidad urgente, por el oscurecimiento que sufre la vida en la valoración popular".

"Digámoslo nuevamente: la vida es el primer y gran regalo de Dios para todos", insistió, y detalló: "La vida en este mundo es el comienzo del gran festín que Dios quiere tener con todos nosotros para siempre en el cielo. Así hemos de recibirla, así hemos de cuidarla y así ha de ser transmitida: con gratitud y generosidad".

El obispo de Villa María realizó a continuación una catequesis sobre el amor humano, y recalcó que, "en todos estos ámbitos, Santa María es una luz, un faro, porque su Inmaculada Concepción fue también fruto del amor limpio de sus padres", a la vez que denunció los peligros del aborto y la eutanasia, la droga, el suicidio, la violencia, la pobreza y el hambre, "que también matan o quitan la dignidad que Dios quiere para todos".

 

"Que la próxima Navidad sea, para todos, fuente de esperanza en la vida plena del Cielo y también, desde ahora, una vida mejor en nuestra querida patria", concluyó.+

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