Ante una gran cantidad de vecinos, la imagen de la Virgen de Luján que acompañó a los soldados argentinos en la Guerra de Malvinas se encuentra en la Basílica, en donde se celebra una misa conmemorativa. Llegó tras una procesión desde la Villa Marista. 

Vecinos, agrupaciones de ex combatientes y familiares de caídos en la Guerra de Malvinas colmaron el templo para compartir la Santa Misa oficiado por el obispo castrense, Monseñor Santiago Olivera. También acompañaron la ceremonia el intendente Oscar Luciani y la ex intendenta Graciela Rosso, además del veterano de guerra y concejal electo, Marcelo Sánchez, en tanto que el Coro de la Universidad Nacional de Luján sumó su aporte interpretando pasajes de la Misa Criolla. 

El padre Vicente Martínez Torrens, capellán que acompañó a los soldados en el conflicto bélico de 1982, recordó “a los 649 héroes que comenzaron a poner en práctica aquel principio que dice que nadie tiene amor más grande que aquel que da la vida por sus hermanos”.

“Somos combatientes todavía porque no podemos decir que fuimos ex combatientes hasta que no se terminen de recuperar las islas Malvinas”, agregó, y evocó varios episodios del enfrentamiento armado en los que la Virgen de Luján brindó su asistencia espiritual a los conscriptos.

El viernes por la tarde estuvo en el Hospital Municipal Nuestra Señora de Luján. Días atrás el Papa Francisco encabezó en El Vaticano el histórico acto de restitución de su imagen. 

Tras la finalización de la guerra, la imagen había sido llevada a Londres y luego remitida a la catedral castrense San Miguel y San Jorge en la ciudad de Aldershot, condado de Hampshire.

A partir de la revelación de un médico inglés que participó en el conflicto sobre el paradero de la imagen comenzaron las gestiones argentinas para recuperarla, las que tuvieron buena recepción por parte de la Iglesia inglesa.

Pocos días atrás, en Roma y con la bendición del Papa Francisco -el veterano Marcelo Sánchez participó del encuentro-, autoridades eclesiásticas británicas remitieron la imagen a sus pares argentinos, que a su vez donaron una réplica similar para que vuelva a ocupar que tenía la original en la catedral situada a 60 kilómetros de Londres.