El Programa Centralidad de la Niñez, mancomunidad interinstitucional creada en 2009 por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), junto a otras organizaciones eclesiales, ha reunido a sus agentes pastorales e integrantes del 25 al 27 de septiembre.
Monseñor Lizardo Estrada, secretario general del Celam, ha expresado su gratitud a los participantes, quienes por estos días planifican las acciones en favor de la niñez y adolescencia del continente, en especial, con su red de multiplicadores de ternura y buen trato en escuelas, iglesias y comunidades.
“Para el Celam es grato contar con su presencia, puesto han venido desde diversas partes del continente para intercambiar experiencias para contribuir en el avance de la prevención y protección de la niñez, la niñez y la adolescencia”, explicó.
Un objetivo que para el prelado está en sintonía con el actual camino sinodal que “la
Iglesia viene construyendo, queremos caminar juntos al servicio de la vida de nuestro Pueblo, especialmente de los niños que son víctimas de abuso y seguir construyendo espacios de ternura y buen trato, porque nos une una sola causa, el bienestar de nuestros niños”.
Expresión concreta de ecumenismo
Don Lizardo ha destacado que el Celam “tiene el agrado de ser sede del primer encuentro de líderes nacionales del Programa para la Centralidad de la Niñez”, luego de una larga pausa motivada por la emergencia sanitaria de la pandemia.
Además valora mucho la integración de varias organizaciones del PCN desde su fundación, donde sus socios pertenecen a diversas confesiones de fe y a lo largo de estos años, 14 en total, han venido incorporando a otras organizaciones religiosas como “expresión concreta del ecumenismo”.
“Es bueno saber que nuestras diferencias no han sido un obstáculo para el servicio evangélico de promoción de los niños y niñas, cada vez más vulnerables en distintos ámbitos como pobreza, migraciones, catástrofes naturales, conmociones políticas, violencias”, añadió.
Por eso ha pedido a los participantes del PCN “consolidar en cada país estos núcleos para promover una vida digna y abundante para cada niño y niña de nuestros países y crear una cultura de ternura y buen trato en todo el continente”.
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