En el marco de la Caravana de San José, organizada por los Obispados de San Justo y Laferrere, miles de matanceros se movilizaron y comprometieron a un pacto de no resignación, por Tierra, Techo y Trabajo: “No nos conformamos con poco ni con las migajas que nos tire nadie”
Por Virginia Bonard
Por tercer año consecutivo, convocada y organizada por los Obispados de San Justo y Laferrere, y los barrios populares matanceros, la Caravana de San José recorrió la Ruta 3 desde el kilómetro 40 para llegar al Polideportivo, con miles de pibes y familias que, peregrinando y portando carteles en honor al Santo, padre adoptivo de Jesús, llevaron en alto las consignas “Tierra-Techo-Trabajo” y “Ni un pibe menos por la droga en La Matanza”.
En el calendario católico, el 19 de marzo se celebra a San José, un santo muy venerado por el Papa Francisco; quien hace poco envió de regalo a la Basílica San José del barrio de Flores en la Capital una imagen enorme de San José dormido, acostado, que representa la parte del relato bíblico sobre cómo Dios se comunicaba con José, el carpintero, a través de sus sueños.
Volvamos a la Caravana. En un precioso amasijo de fe popular, la caminata expuso a su paso las necesidades imperiosas en los barrios populares del Conurbano bonaerense: una casa, un trabajo digno en una tierra serena, libres de la esclavitud de las drogas.
Al llegar al Polideportivo —que constituye parte de la gran obra que realizara el padre Bachi, sacerdote que murió víctima de Covid en agosto de 2020, queridísimo en La Matanza—, se celebró la misa que presidió el obispo de San Justo, monseñor Eduardo Horacio García, quien en su homilía expresó, entre otros conceptos: “Este Pacto con San José es un pacto con aquel que es fuerte frente a Dios y que nos ofreció en este pacto en el cual le dijimos ‘dale, san José, queremos nosotros hacer el pacto porque los más interesados somos nosotros y te ofrecemos nuestro trabajo, nuestra comunidad, nuestras ganas de seguir peleando’ “.
Renovando los pedidos que hace años formulan los vecinos de los barrios populares de La Matanza, García reforzó la idea de que todos tienen derecho a vivir con dignidad: “Sabemos muy bien que los pibes siguen cayendo por la droga, sabemos muy bien que los narcos de nuestra zona se hacen la panza gorda usándonos. Sabemos que el Estado sigue estando ausente, sabemos que si no hay tanta hambre es porque hay gente que labura en los comedores para que no nos falte la comida. No nos podemos acostumbrar ni a la muerte, ni a la enfermedad, ni al agua podrida, ni a no tener viviendas, ni a no tener cloacas, a que los narcos nos usen, que los políticos nos usen, que aquellos mismos que hace 40 años nos tiraron acá sigan sin decir una palabra. Y hacemos el Pacto porque no queremos acostumbrarnos (…) Le pedimos a San José porque solos no podemos. Que nos dé esa fuerza para tener la valentía de seguir trabajando y de seguir gritando frente a la injusticia”.
Y con un grito que levantó aplausos enumeró esos pedidos: “Este pacto de Tierra-Techo-Trabajo en el cual pedimos viviendas, el que pedimos las escrituras de 17 y 17bis, pedimos viviendas para Puerta de Hierro y San Peter, pedimos que no caiga un pibe más por la droga (aplausos), no queremos un vecino que tenga que salir a chorear porque no tiene comida en su casa, no queremos una piba que tenga que prostituirse porque no tiene a nadie que la contenga y no tiene familia, no queremos un pibe que tenga el cerebro torcido y ya no le da más porque lo asesinaron en vida con el paco. ¡No lo queremos! ¡Y eso es lo que pedimos! ¡Eso es frente a lo que no tenemos que callarnos, no queremos que nos usen y nos tiren!”.
Los miles de vecinos reunidos en el Polideportivo donde se celebró la misa renovaron su Pacto con San José, reinvindicaron su condición de “hijos de Dios y de esta tierra” en un compromiso explícito por:
• No mendigar el pan, tenerlo con dignidad.
• No mendigar la salud, tenerla porque para eso la pagan los contribuyentes.
• No mendigar seguridad porque es un deber del Estado.
• No mendigar lo que por derecho nos merecemos.
Esta misa fue concelebrada por el obispo de Laferrere, monseñor Jorge Torres Carbonell, y los curas que viven y trabajan en las villas y barrios populares de La Matanza, entre ellos, los sacerdotes Nicolás Angelotti, Guillermo Torre, Facundo Arriola sdb, Carlos Bareuther, Mauricio Cardea y Carlos “Charly” Olivero.
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