El obispo de Río Cuarto recordó que "todo bautizado es misionero, todo bautizado en la situación en la que se encuentre tiene que transmitir la Palabra y tiene que seguir el modelo de Jesús".
El obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP, presidió la Eucaristía del domingo 4 de febrero desde la parroquia Nuestra Señora de La Merced, y recordó en la homilía la importancia de ser discípulos misioneros teniendo como modelo a Jesús.
A la luz de las lecturas bíblicas, el prelado recordó que Jesús quería que la gente descubriera, a través de sus palabras y de su acción, quién era Él, el Hijo de Dios.
“Jesús no era un milagrero que hacía los milagros como espectáculo, sino que se manifestó como Hijo de Dios en la Cruz, delante de los que lo habían juzgado en la noche de la Pasión”, enfatizó.
El obispo de Río Cuarto afirmó que “todo bautizado es misionero, todo bautizado en la situación en la que se encuentre tiene que transmitir la Palabra y tiene que seguir el modelo de Jesús, acompañar a los otros que están sufriendo, enfermos de distintas maneras; modelo también en cuanto vida de oración: todo cristiano debe orar y ser modelo en el seguimiento de Jesús”.
En tanto, deseó que el Evangelio “nos ilumine, nos dé fuerza, nos dé la gracia de no bajar los brazos ante el desafío de la misión”. “En este año jubilar que vivimos como diócesis, queremos renovar nuestro impulso misionero, siguiendo las indicaciones del Papa Francisco, que nos invita a salir y a vivir sinodalmente la misión”, agregó.
Y finalizó: “Que este año jubilar sea para todos nosotros una gran oportunidad para ser auténticos discípulos misioneros de Jesús”.
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