El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, presidió la misa en ocasión del 191º aniversario del nacimiento del venerable Fray Mamerto Esquiú. En su homilía, el prelado expresó el anhelo de la Iglesia diocesana: “Quiera el Señor aligerar los pasos que elevarán a la gloria de los altares a nuestro Venerable hermano, para que brille aún más su luz”. La celebración tuvo lugar en la localidad de Piedra Blanca, del departamento de Fray Mamerto Esquiú.
El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, presidió, en la mañana del 11 de mayo, la misa en conmemoración del 191º aniversario del nacimiento del venerable Fray Mamerto Esquiú.
La celebración tuvo lugar en la localidad de Piedra Blanca y contó con la presencia de la Gobernadora de Catamarca, doctora Lucía Corpacci y el intendente del departamento Fray Mamerto Esquiú, doctor Guillermo Ferreyra, ambos acompañados por integrantes de sus respectivos gabinetes, legisladores y miembros de las fuerzas de seguridad, entre otras autoridades.
La procesión con los Santos Patronos de las distintas comunidades de la jurisdicción parroquial, que llegaron a la sede los días previos a la celebración, marcó el comienzo de los actos conmemorativos.
Acompañado por el párroco de San José, presbítero Juan Olmos, y otros sacerdotes, monseñor Urbanc encabezó la marcha procesional con las antiguas de imágenes de San José, Patrono del departamento (Piedra Blanca), Santa Bárbara (Pomancillo Oeste), Virgen del Valle (Las Pirquitas), San Francisco de Asís (Pomancillo Este), Señor de los Milagros (La Tercena), Virgen del Rosario (Capilla de Rosario, ruta N° 1), San Francisco Solano (barrio San Juan XXIII), San Antonio de Padua (San Antonio), San Nicolás de Bari (La Falda de San Antonio), Virgen de la Medalla Milagrosa (Vista Larga), Nuestra Señora de los Angeles (Sierra Brava), Virgen de las Mercedes (La Carrera) y Virgen del Rosario (Collagasta), portadas algunas por gauchos, ex combatientes de Malvinas, miembros del Grupo de Operaciones (GOP) del Servicio Penitenciario, además de los parroquianos de la zona.
Las imágenes partieron desde el templo que data de la segunda década del siglo XIX, declarado Monumento Histórico Nacional en 1979. En su interior se encuentra el púlpito proveniente del Santuario de Nuestra Señora del Valle (la Iglesia Matriz antes de ser Catedral), donde Fray Mamerto pronunció el memorable sermón de la Constitución Nacional.
La procesión rodeó la plaza principal hasta llegar al templete que resguarda la casa donde nació el venerado fraile. Allí se ofició la Misa Solemne rogando por su pronta beatificación, que fue presidida por el Obispo Diocesano y concelebrada por el párroco, los presbíteros del clero diocesano Julio Murúa y Oscar Tapia y el sacerdote franciscano Eligio Bazán, del convento de San Francisco de la ciudad capital.
Durante su homilía, Mons. Urbanc expresó que “el recuerdo del nacimiento de Fray Mamerto Esquiú nos ofrece una ocasión favorable para celebrar la fiesta de la vida, don precioso que Dios concede al hombre para que le conozca, le ame y le sirva, compartiendo en paz y fraternalmente la existencia con los demás”.
Asimismo, destacó que “por amor al Señor, Fray Mamerto transitó infatigablemente un camino de renuncia a sí mismo, de austeridad y de sacrificios, para compartir en plenitud la vida del Resucitado; y con su sabia y fecunda palabra, no cesó de proclamar el Misterio Pascual del Señor, exhortando a la comunidad a buscar los bienes del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios”.
“A nuestro ilustre comprovinciano su implicación en la vida pública de la sociedad de su tiempo no le impidió una entrega continua a la vida propia de la fe; o más bien, su intensa vida espiritual le permitió una fructuosa participación en la vida social”, advirtió el obispo.
También enfatizó que “Fray Mamerto fue un hombre de Dios en medio del mundo, por lo que abrió en el mundo un camino hacia Dios. Fue un hombre completamente religioso y plenamente humano. Fue y es un ejemplo a imitar para vivir transformadoramente la fe y para hacer de la vida en la tierra un ámbito de fraternidad, solidaridad, unidad y paz”.
Monseñor Urbanc consideró que “tendríamos que poner ante nuestros ojos a un hombre que, porque vivió entregadamente su fe, fue capaz de comunicar los frutos de la fe transformados en benigna influencia a favor de los hombres de su tiempo. Y como su fe obraba por la caridad, Fray Mamerto amó a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todo su espíritu, y amó al prójimo con la misma actitud de servicio con que Jesús nos amó”.
Al final de su mensaje, Mons. Urbanc deseó la memoria de Fray Mamerto Esquiú “signifique para todos un compromiso con la fe y con la vida del alma y del cuerpo; y quiera también el Señor aligerar los pasos que elevarán a la gloria de los altares a nuestro Venerable hermano, para que brille aún más su luz que llena con su resplandor al Departamento que lo vio nacer, a la Provincia que lo acogió en su seno y a la Patria a la que sirvió con su fe, su palabra, su vida y sus obras”.
Finalizada la celebración eucarística, el Obispo, religiosos y autoridades civiles del departamento acompañaron procesionalmente las imágenes de los Santos Patronos hasta el templo parroquial.+
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