El obispo de Nueve de Julio participó de un encuentro virtual con miembros de instituciones de vida consagrada de la diócesis, a quienes llamó a "renovar la consagración y la alegría de la vocación".
En el Día de la Vida Consagrada, que se conmemora en la Argentina el viernes 8 de septiembre, el obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, participó de un encuentro virtual con algunas religiosas.
Durante el encuentro, el prelado destacó que las instituciones de hermanas presentes en la diócesis “son un verdadero signo de bendición para nuestras comunidades”.
Recordó que en Bragado se encuentran las hermanas de Santa Ana y las Congregación Apostólica de María Siempre Virgen, dedicadas a la tarea pastoral; en Nueve de Julio, las Siervas de Jesús Sacramentado en el colegio que gestionan, las Carmelitas descalzas en el monasterio de San José y las Discípulas de Jesús y San Juan Bautista, dedicadas a la acción pastoral; también que, por su parte, las Hijas de la Virgen de los Dolores están presentes en Tres Lomas y Carlos Casares, comprometidas en la obra evangelizadora; mientras que en Los Toldos se encuentran las Benedictinas Misioneras -en su monasterio de la Transfiguración- y las Siervas de San José, en el Hogar Madre Bonifacia.
Además, dijo el diocesano, en Lincoln hay presencia de las Hermanas de San José de Montgay, quienes están en el colegio Monseñor Source y en el hogar de ancianos de la localidad; mientras que en Trenque Lauquen están las hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento de Rivolta D´Adda, abocadas al apostolado parroquial.
Entretanto, monseñor Torrado mencionó además que las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José mantienen su obra educativa en los colegios de 25 de Mayo, Bragado y Pehuajó. Y que también existen otras formas de consagración en el Orden de la Vírgenes, como el Instituto Cristífero, el Carmelo seglar, “mujeres que han abrazado la vida ermitaña y algunas consagraciones privadas”, según agregó.
Por otra parte, resaltó también la presencia de los religiosos varones en la abadía Santa María de Los Toldos, de los monjes benedictinos en General Viamonte; de los padres y hermanos salesianos en la Escuela Agrícola Salesiana (Del Valle); y de los miembros de la congregación marianista en el colegio San Agustín de la diócesis.
“Todos ellos, llevando vida fraterna en comunidad, mediante la profesión de los votos de obediencia, castidad y pobreza, llevan adelante una misión específica en la Iglesia y la sociedad, según su carisma particular fundacional. Así, la vida contemplativa, las obras educacionales, la caridad o la acción pastoral, son cauces de su misión y, en ellas, son signo especial del Reino de Dios”, aseguró el obispo.
Durante el encuentro, se realizó un momento de oración que consistió en una invocación al Espíritu Santo, acompañado luego de algunos cantos a la Virgen, según la tradición de cada instituto y la nacionalidad de las distintas consagradas.
El obispo de Nueve de Julio, por su parte, destacó: “El Concilio Vaticano II asocia la vocación universal a la santidad con la vida religiosa, ya que esta tiene la misión de recordar a todo el pueblo de Dios que, por el bautismo, estamos llamados a ser santos”.
Finalmente, sostuvo que la figura del Cardenal Pironio, “bautizado en nuestra diócesis, nos debe recordar especialmente ese llamado a la santidad”, al tiempo que pidió “renovar la consagración y la alegría de la vocación”.
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