La diócesis de Nueve de Julio se reunió en una multitudinaria procesión el Domingo de Ramos, tras los años de restricciones. El obispo animó a no escapar a la cruz y seguir a Jesús aunque cueste.
La diócesis de Nueve de Julio comenzó la celebración de la Semana Santa con la realización de una multitudinaria procesión del Domingo de Ramos, luego de dos años de restricciones por la pandemia.
A las 10 los fieles se concentraron en la plaza General Belgrano para la bendición de los ramos, que realizó el obispo diocesano monseñor Ariel Torrado Mosconi. Inmediatamente después, comenzó la procesión encabezada por la cruz y seguida por los fieles hasta las puertas de la catedral, en la que ingresó el obispo con sus ministros y, luego, el pueblo que colmó el templo.
En la homilía, el obispo explicó que "los ramos representan el reconocimiento de Cristo como Rey y Señor. Al contemplar ese ramo en el crucifijo de nuestra casa, en los momentos de sufrimiento y de dolor nos sentimos consolados sabiendo que la cruz es el camino de la salvación”.
Con relación a esto, reflexionó que “la cruz a veces puede ser motivo de quejas, protestas y hasta llegar a la blasfemia para quien no es creyente, pero para nosotros, como el buen ladrón, es ocasión de confianza en la salvación que nos trae Cristo a través de la cruz”.
Más adelante señaló que “muchas veces podemos estar tentados de escapar de la cruz y de buscar el camino más fácil, pero la procesión que hemos hecho hoy para recordar la entrada de Jesús en Jerusalén nos debe animar siempre a seguir los pasos de Jesús, aunque cueste”.
Y concluyó: “Al igual que a Jesús, también a nosotros se nos tienta con la idea de buscar la salvación del ‘propio pellejo’, ‘sálvate a ti mismo’, pero el Señor nos enseña que la salvación no está en buscar salvarme de manera egoísta, sino en aprender a donarme por el bien de los demás”. +
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