En su carta pastoral de Cuaresma, el arzobispo de Mercedes-Luján anima a compadecerse y estar cerca de "toda persona que sufre, sin ningún tipo de prejuicios o juicios condenatorios".
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El arzobispo metropolitano de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Scheinig, dio a conocer el viernes 23 de febrero una carta pastoral con motivo de la Cuaresma. La misiva va dirigida especialmente, “a las personas que, por su sensibilidad, se sienten especialmente llamadas a la caridad” y también a quienes comparten "el seguimiento del Señor Jesús”.
“A ustedes, no puedo dejar de pedirles que estén especialmente atentos a las necesidades de nuestros hermanos débiles, sufrientes y pobres”, exhorta el prelado, haciendo referencia al capítulo 25 del Evangelio según San Mateo: “Allí Jesús abre su corazón y nos revela su inmenso amor por todas las personas que sufren”.
“Este texto del Evangelio puede llamarse ‘El Gran Protocolo’, porque sobre él seremos juzgados”, considera, y pide “que lean los números que van del 95 al 109, porque son de una enorme profundidad y riqueza”. A su vez, hace un llamado a incrementar la fe y el amor concreto “para vivirlo en este tiempo que estamos atravesando en nuestra querida Patria”.
Libres de pensamientos y palabras humillantes e hirientes
El arzobispo lamenta que “se ha metido entre nosotros un modo de convivencia social que pareciese habilitar posturas y palabras humillantes e hirientes hacia los hermanos más necesitados y pobres”. “Jamás podría etiquetarlos, porque considero que, si así lo hiciese, inmediatamente experimentaría una mirada fuerte y dura de Jesús”, subraya.
“A ustedes que siguen a Jesús, en Su Nombre, les pido que se liberen de esos pensamientos y de esas palabras humillantes e hirientes hacia los más pobres”, exhorta, haciendo un llamado a ser más misericordiosos y compasivos, y a no dejarse arrastrar “por esa fuerte corriente que está instalada en los medios, en las redes y muchas veces en los más cercanos, que nos endurece y lleva a condenarlos y hasta a expatriarlos”.
Libres de la agresividad y la violencia
“La indiferencia es una forma de desprecio que puede contener un germen de violencia”, advierte y llama a “hacer el esfuerzo de liberarnos de toda agresividad, respetarnos, cuidarnos y tener gestos de amor”.
“Los que seguimos a Jesús debemos hacer todo lo posible para estar disponibles y cercanos a los que sufren”, recalca y explica: “Aquí está la clave de nuestro ser cristianos: el amor concreto al prójimo, y prójimo es toda persona que sufre y necesita de mí, porque es ella la que debe estar en el centro”.
Dar de comer al hambriento
“La Cuaresma es el tiempo propicio para mirar al hermano necesitado y reconocer en él a Jesús”, anima, porque “la conversión a Dios no puede estar disociada de la conversión al amor concreto”.
Por eso, suplica “que seamos muy sensibles y generosos hacia las personas que pueden pasar necesidades y hambre en este tiempo social”, y señala: “El cara a cara nos da la posibilidad de vivir ese amor que Jesús nos trajo y que desea se viva hoy entre nosotros”.
Cáritas
Monseñor Scheinig también dirige un agradecimiento a “todas las personas que colaboran con su tiempo y su servicio en nuestras Cáritas”. “Gracias porque son el Buen Samaritano de estos tiempos. Les pido que antes de comenzar la tarea y al finalizarla recen al Señor. No nos cansemos de rezar para que el Espíritu del Señor siga transformando las mentes y los corazones de todos nosotros, para que podamos vivir en una Argentina en la que a nadie le falte el pan en su mesa”.
Los jóvenes, constructores de un amor concreto y solidario
Por último, se dirige especialmente a los jóvenes para pedirles que sean constructores de un amor concreto y solidario: “Ustedes no son el futuro, son el presente y necesitamos que nos ayuden a ser una sociedad más justa y fraterna”. Para eso, recomienda: “No se dejen tentar por juicios categóricos y condenatorios hacia los pobres, débiles y sufrientes. No sean agresivos o violentos. Que en sus corazones habite el deseo de bien”.
Y concluye con una tarea: “Siembren las Redes de amor concreto y solidario. ¡Sean la Palabra viva de Jesús! ¡Sean mensajeros de la paz!”
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