"Es necesario pasar de una democracia representativa a una participativa; con pluralidad, no dejando a nadie afuera", recordó el arzobispo de Tucumán durante el tedeum por el 9 de Julio en la catedral
El arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, afirmó hoy que "Argentina sólo va a crecer con solidaridad, esfuerzo y unidad", al presidir el tedeum por la celebración del 9 de Julio en la catedral Nuestra Señora de la Encarnación, del que participaron el gobernador Juan Manzur y el vicegobernador Osvaldo Jaldo.
"Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Nos sentimos heridos y agobiados, precisamos tu alivio y fortaleza. Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Queremos ser una nación para todos, con una Argentina fraterna y solidaria, pacificada y reconciliada", pidió parafraseando la Oración por la Patria que los obispos escribieron en plena crisis 2001-2002.
"Que el Señor de la historia nos conceda su gracia y fortaleza para madurar una fraternidad auténtica, con gestos solidarios tanto del sector público como del privado. La Argentina sólo va a crecer con el esfuerzo, la unidad y la solidaridad de todos los argentinos", sostuvo.
El arzobispo tucumano exhortó a los argentinos a no abandonar "la comodidad del anonimato para convertirse en ciudadanos responsables del país", al recordar que "en cada nación, los habitantes desarrollan la dimensión social de sus vidas configurándose como ciudadanos responsables en el seno de un pueblo, no como multitud arrastrada por las fuerzas dominantes".
"La multitud es el refugio secreto donde cada uno puede disimular, esconder lo que lleva dentro, lo mejor y lo peor. La enfermedad de la multitud es el desconocimiento, el anonimato y la indiferencia. Siendo así la multitud cae muy fácilmente en manos de prácticas demagógicas, presiones indebidas, como el clientelismo y la dádiva, que desvirtúan su profundo significado y degradan la cultura cívica y la dignidad personal", advirtió.
Tomando párrafos del último Mensaje Final de la Semana Social de Mar del Plata, monseñor Sánchez planteó: "Es necesario pasar de una democracia representativa a una participativa; con pluralidad, no dejando a nadie afuera; y afrontando las deudas pendientes de la democracia".
"Es importante recrear la política y el ejercicio del poder en clave de servicio para que nuestra democracia, basada siempre en la soberanía popular y en la división de poderes, sea auténtica y representativa de los intereses del pueblo", puntualizó, y completó: "Para seguir defendiendo la democracia es necesario educar en el auténtico civismo? y en sus ?verdaderos valores como servicio al bien común, la recuperación de la ética social, la legalidad y la moral pública, para que el sistema democrático pueda defenderse de los males que hoy la desprestigian".
Por último, el arzobispo de Tucumán consideró que las políticas públicas deben responder a lucha "contra la pobreza y la exclusión, la corrupción y la impunidad, el narcotráfico y la inseguridad, por el acceso de todos a la salud y al agua potable, a la educación integral y al trabajo digno, al cuidado del medio ambiente, la ética y la transparencia en la cosa pública, la austeridad en la gestión del Estado y el cambio en el sistema electoral".
Oración interreligiosa
Tras el canto de tedeum y una oración a la Virgen de la Merced, se hizo una oración interreligiosa a fin de mostrar que "la vivencia profunda de los valores de la fe no constituye un factor de división sino de encuentro, diálogo y de paz entre los hombres.
Encabezada por monseñor Sánchez y el obispo auxiliar de Tucumán, monseñor Roberto Ferrari, se leyó un mensaje del Juan Manuel Alurralde, de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa del Patriarcado de Antioquía, y luego se hizo la oración de la que pariciparon Salomón Nussbaum, rabino de la Sociedad Unión Israelita Kehilá de Tucumán; Iosy Przepioka, seminarista de la comunidad Kehilá de Tucumán; Héctor Benjamín Mohammad, de la Asociación cultural y culto Panislámica de Tucumán; y Ruth Verónica Pereyra, de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Comentá la nota