El presidente de la Pontificia Academia para la Vida estuvo en el centro de la Villa 1-11-14, del Bajo Flores, donde recorrió las instalaciones y anticipó: "Le voy a contar al Papa de esta visita".
Monseñor Vincenzo Paglia, quien desde 2016 es presidente de la Pontificia Academia para la Vida (PAV), visitó el 29 de agosto el Hogar Santa María, de la parroquia Santa María Madre del Pueblo, ubicada en la Villa 1-11-14, en la zona del Bajo Flores porteño.
Al arzobispo italiano lo estaban esperando responsables de la Familia Grande Hogar de Cristo —María Elena Acosta, Pablo Vidal y Germán Schattenhofer—, el párroco, Pedro Cannavó, y monseñor Gustavo Carrara, vicario general de la arquidiócesis de Buenos Aires y también vicario para las Villas y Barrios Populares.
El Hogar de Cristo Santa María cuenta con el espacio "Puentes", donde docentes imparten educación no formal; la casa de mujeres "Madre Teresa", la casa de varones "Don Orione" y el centro de primera infancia "Madre del Pueblo".
Durante la visita, monseñor Paglia conoció a la hermana Nancy y a Gael, quienes son los responsables de ese Hogar de Cristo en el día a día.
“Este es el lugar de convivencia. Cerca de aquí funcionan dos centros barriales, donde se lleva a cabo el proceso de recuperación con un equipo más técnico, y ellos nos derivan a los muchachos y las chicas cuando están listos para vivir acá”, explicó Gael.
La hermana Nancy puntualizó que “la idea es que haya un clima de hogar y que vivamos como familia. El acompañamiento es comunitario y este Hogar tiene la particularidad de que mujeres con niños son prioridad. También, los varones adultos y abuelos. Tenemos la familia completa. Todos los días, como en toda familia, hay peleas pero también hay solidaridad y acompañamiento. Lo que valoran los chicos y las chicas es que se sienten en casa”.
“Muchos chicos llegan con la idea rota de familia —detalló Gael—. Hay que reconstruir eso y es un trabajo largo.”
Ante esa firmación, monseñor Paglia agregó: “Es una nueva familia, la familia de la Iglesia. Mientras ustedes hablan, yo pienso en la felicidad del Papa Francisco cuando escribe: ‘Cuando yo era arzobispo, iba a las villas’. Él me cuenta a veces de estos gestos, su alegría al estar con ustedes”.
El arzobispo regaló rosarios, mientras permanentemente recordaba al Papa. “Le voy a contar de esta visita”, dijo. También impartió la bendición a un grupo de jóvenes que se la pidieron.
Con una sonrisa que lo acompañó en toda su recorrida, monseñor Paglia habló, se saludó y se abrazó con adolescentes y jóvenes que están transitando una etapa superadora de su recuperación en ese Hogar.
Al entrar a la cocina, monseñor Paglia expresó con naturalidad: “Qué rico olor a comida hay aquí”.
En su despedida del lugar, el presidente de la PAV reiteró que iba a hablarle a Francisco sobre esa visita y,ante luna pregunta acerca de cómo es trabajar en la Iglesia con el Papa, respondió: “Es una oportunidad extraordinaria ,porque el Papa Francisco nos impulsa a entrar en la vida, sobre todo de los más pobres, con alegría y con la certeza de que podemos cambiar los corazones que encontramos, de esta familia, la familia de Dios, que tiene una fortaleza muy particular para transformar el mundo, que vive una soledad triste. Nos impulsa a vivir un cristianismo lleno de alegría”.
Más información en www.hogardecristo.org.ar.
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