"Servir a los hermanos, esta es la lógica del amor, es la lógica del Evangelio", recordó el obispo de San Isidro en su reflexión semanal.
Monseñor Oscar Ojea, obispo de San Isidro, reflexión sobre el pasaje del Evangelio en el que Jesús va camino a Jerusalén con sus discípulos y no les niega la verdad, les dice que va a ser entregado en manos de los hombres, que lo van a matar y al tercer día va a resucitar.
"Jesús no les oculta nada y, sin embargo, ellos, dice el Evangelio, quedaron con miedo y no le preguntaron nada; hicieron silencio; pero lo que más llama la atención en este pasaje que nos toca este domingo es que, los apóstoles están en otro en 'otro registro'", puntualizó.
"Mientras Jesús está abriendo su corazón, les está diciendo que va a morir y que está preparándose para eso. Ellos, sin embargo, comienzan a discutir en el camino sobre quién debería ser el primero entre ellos, entonces Jesús les pregunta qué discutían en el camino y aquí vuelven a guardar silencio los apóstoles, pero esta vez no porque tienen miedo, sino esta vez porque tenían vergüenza", prosiguió con el relato.
Tras subrayar esa "sensación tan humana de querer ser protagonistas, de sentirnos importantes, de tener el primer lugar", puso como ejemplo: "Hasta cuando somos chicos y decimos a quién quiere más mamá o papá, esto de ser importante, ser mirado, tener un lugar importante que después pasará a tener poder cuando entramos en otro tipo de formas más comprometidas con la vanidad, con la soberbia, con aquello que nos tira interiormente, la fuerza de nuestro ego".
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina profundizó su reflexión, explicando: "Jesús comprende estas situaciones, en el fondo los ve como chicos, son como chicos, como niños, entonces el señor se sienta para contestar esa pregunta qué hablaban en el camino y bueno? se animan a decirle que estaban discutiendo sobre quién era el más importante quién debería ser el primero, entonces Jesús se sienta como dándose tiempo y paciencia para revelarles algo importante, entonces eleva la apuesta: 'El que quiera ser el primero, si quieren ser primeros de verdad, que sea el último de todos y el servidor de todos'.
"El que quiera ser primero debe servir. El servicio mira el cuidar la fragilidad, el servicio es un compromiso con la carne del hermano, es un compromiso con un rostro concreto, no es algo que me dé a mí un éxito inmediato, sino que yo comienzo a mirar hacia otro lado. Servir a los hermanos, esta es la lógica del amor, es la lógica del Evangelio", sostuvo.
"Que el Señor nos deje esta profunda lección de humildad, que podamos escucharlo bien cuando él nos dice algo importante y algo verdadero; ha elegido el camino de la humillación, el camino que lo hace verdaderamente humilde y que nosotros podamos crecer a través de este mandamiento del servicio que es una forma concreta del mandamiento del amor", concluyó.+
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