El obispo de San Isidro consideró que esa es la actitud evangélica principal en un tiempo al que definió "tan violento, tan difícil, donde se provocan tantas heridas".Reflexión semanal de monseñor Ojea
Monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), señaló que el Evangelio de este domingo relata que "Jesús llama y envía a los apóstoles; los envía de dos en dos para expulsar a los demonios y para curar a los enfermos".
"Es la primera experiencia apostólica que tienen los doce y según san Lucas después vamos a ver cómo volvieron felices de esa experiencia, como necesitados de contar al Señor todo aquello de lo que habían sido testigos", destacó.
"El Señor llama y envía", sostuvo y profundizó con lo que subraya el Papa Francisco sobre la frase: "Yo soy una misión en esta tierra".
"Esto es, cuando llama está considerando lo que puede cada corazón, aquello que cada corazón del apóstol puede dar y al mismo tiempo envía, envía para la misión. En esta misión los manda desprendidos: 'no lleven ni pan, ni alforja, ni vestido, ni bastón'. En realidad, es un modo de decirles abandónense en la providencia", explicó citando al pontífice.
"La obra del Evangelio es tan grande que saldrá más allá de ustedes, más allá de sus planes, más allá de sus programas. La evangelización no es una empresa, es una obra del Espíritu Santo. Nadie es genio en la tarea de la evangelización, es el Espíritu el que transmite la verdad del Evangelio", recordó con las palabras del Papa.
Monseñor Ojea aseguró que "la Iglesia es un hospital de campaña, en ella pueden refugiarse aquellos que están heridos por la vida y ser recibidos en el corazón a través de la hospitalidad. La hospitalidad es una virtud extraordinaria por la cual lugar a aquellas personas que necesitan lugar, ensanchas el espacio de nuestra tienda. Decía un escritor del siglo pasado que la caridad era el hospital de Dios, es decir, el amor se abre para recibir aquel que lo necesita".
"Esta es la actitud evangélica principal que está remarcada en el envío que hace Jesús; está remarcada para aquellos que reciben a los apóstoles para que abran sus casas y está remarcado en la actitud de los apóstoles que están llamados a dirigirse a todos para poder curar, para poder sanar, para poder liberar; ésta es la misión de la Iglesia", enfatizó.
Hacía el final de su reflexión, el presidente del Episcopado afirmó que "así como la tierra se abre para recibir su fruto y nosotros esperamos la buena lluvia para que el fruto se haga realmente presente, se abre la Virgen para recibir a Jesús y al mismo tiempo ella necesita transmitir a ese Jesús que tiene dentro, se abre la Iglesia para recibir a su Señor y como Madre quiere encontrar a todos".
"En este tiempo tan violento, tan difícil, donde se provocan tantas heridas, heridas de todo tipo el lugar de la Iglesia es estar al lado de aquel que está ´más´ roto, de aquel que está ´más´ herido, de aquel que está quebrado por la crueldad que hay dentro de la misma vida para poder hacer lugar, para poder encontrar refugio, para poder encontrar esa respuesta que es propia del mensaje del Evangelio de Jesús", planteó
"Que el Señor nos enseñe a ser fieles a este llamado y a este envío al cual él nos convoca. Que Dios los bendiga", concluyó.+
Comentá la nota