El obispo de Mar del Plata, en su reflexión dominical, se refirió a las tentaciones de Jesús y a sus implicancias en la existencia diaria.
El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, en sus consideraciones para el primer domingo de Cuaresma, aludió a las tentaciones del Señor en el desierto, en las que se centra el Evangelio de ese día: “Podríamos meditar en varias direcciones sobre este momento de la vida del Señor. En esta oportunidad, me concentro en tres aspectos que sintetizo en tres palabras: raíz, tipos, triunfar”.
La raíz de toda tentación
Respecto de este punto, y en relación con la primera lectura, del libro del Génesis, el prelado recordó: “Podemos inferir que la soberbia es la raíz de toda tentación pecaminosa. El querer ser ‘como dioses’ que la serpiente le dice a la mujer, simboliza esta raíz negativa de la humanidad que se desborda, quiere pasar su límite, buscando ocupar el lugar del mismo Dios”.
Y respecto a la epístola de san Pablo, señaló: “Una vez más, la desobediencia es mucho más que no respetar alguna regla secundaria, la desobediencia tiene que ver con una rebelión profunda hacia el mismo Dios y su proyecto para nuestra vida”.
Tipos de tentación en nuestra vida hoy
En cuanto a este segundo punto, monseñor Mestre dijo: “Sabemos que el Señor fue tentado a lo largo de toda su vida; fue tentado de diferentes formas. Este relato evangélico de las tentaciones de Jesús es una síntesis de esa experiencia de tentaciones que tuvo el Maestro”.
Y agregó: “Por eso es muy provechoso para nuestra vida espiritual que podamos espejarnos con esta realidad de Jesús y revisar nuestra vida actual para preguntarnos qué tipo de tentaciones podemos tener hoy”, y especificó : “Las tentaciones del poder y tener, como ejes principales, se actualizan en nuestra vida en distintos tipos de tentaciones más o menos visibles, más o menos sutiles, que siempre tienen como raíz apartarnos de Dios y su camino”.
Con Cristo, triunfar en la tentación
Al llegar a este otro punto, el obispo marplatense señaló: “Jesús triunfa claramente en el relato evangélico que hoy contemplamos. En su triunfo, está nuestro triunfo sobre la tentación. Por eso, una y mil veces debemos recordar que solo en Cristo está garantizado el triunfo sobre las tentaciones de nuestra vida”.
“Que el santo tiempo de Cuaresma sea una gran oportunidad para que con Cristo triunfemos en las tentaciones de nuestra vida”, concluyó.
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