En vísperas de la Navidad, el obispo de San Luis, monseñor Pedro Daniel Martínez Perea, llamó a recibir a los refugiados sirios que pronto serán asilados en la provincia de San Luis y pidió: “No repitamos lo que vivieron San José y la Virgen María al no encontrar un lugar para el Niño Dios”.
Luego, invitó a obrar con misericordia y recordó a los fieles la cita bíblica que dice: “Lo que hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños a mí me lo hicisteis”.
El prelado explicó que en el contexto mundial en que “la humanidad es azotada por guerras salvajes”, “somos testigos de persecución encarnizada contra los cristianos hasta su verdadero y propio martirio”. “La Iglesia, madre en humanidad, eleva continuamente su voz para que cesen estos hechos inhumanos y vandálicos e intercede para que otras naciones den asilo y alimentos a los damnificados”, afirmó.
En ese sentido, monseñor Martínez Perea manifestó que “la provincia de San Luis, todas sus instituciones y la Iglesia católica quieren formar parte de un corredor humanitario y tender una mano de hermano a los refugiados de Siria para que algunos de ellos puedan encontrar en la provincia un lugar familiar”.
De hecho, en reiteradas oportunidades desde 2015, el obispo manifestó esta iniciativa de albergar familias refugiadas y gestionarles posibilidades de trabajo, proponiendo en el Año Jubilar que esta fuera la obra de misericordia que la diócesis asumiera de modo orgánico y sostenido.
Así, el obispo de San Luis invitó a los fieles a tomar parte en esta obra de misericordia: “Rezar para que Dios les dé consuelo y paz, recibirlos, disponer de un día a la semana para visitarlos o llevar algún niño a jugar; acercar alimentos, ropas u ofrecer un lugar de trabajo; hasta adoptar un niño cristiano. Cada uno puede ayudar según sus posibilidades”.
El prelado explicó que el gobierno de la provincia pondrá a disposición formularios digitales para que cada uno pueda ofrecer su colaboración en el sitio: www.desarrollosocial.sanluis.gov.ar, ingresando a “recepción humanitaria”.
Asimismo, manifestó que los centros de Cáritas parroquiales estarán disponibles para coordinar con las iniciativas provinciales los servicios adecuados a las necesidades de estos hermanos refugiados.
Finalmente, el obispo finalizó su mensaje impartiendo su bendición. “Confiando en la caridad de ustedes, les deseo que vivan la Navidad cristianamente participando en sus parroquias de las ceremonias y rezando junto al Niño Jesús para que podamos vivir en paz con Dios y con nuestros hermanos”, concluyó.
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