Mons. Martín alentó a los nuevos sacerdotes a ser 'misioneros apasionados'

Mons. Martín alentó a los nuevos sacerdotes a ser 'misioneros apasionados'

El arzobispo de Rosario presidió la misa de ordenación presbiteral de los diáconos Nelson Veliz y Gino Collazuol en la parroquia de María Auxiliadora. También los animó a trabajar por la unidad.

 

El arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, presidió la misa de ordenaciones presbiterales de los diáconos Nelson Veliz y Gino Collazuol en el templo parroquial de María Auxiliadora, del Decanato Centro.

Ambos diáconos se formaron en el seminario metropolitano "San Carlos Borromeo".

La misa fue concelebrada por monseñor Ernesto Fernández, obispo auxiliar de Rosario; monseñor Luis Collazuol, obispo emérito de Concordia, quien fue sacerdote y obispo auxiliar de esta Iglesia particular y tío de un neopresbítero; el vicario general, los vicarios episcopales y gran parte del clero rosarino.

En la homilía, monseñor Martín destacó el gozo, alegría y esperanza que significa para la Iglesia en Rosario que estos hermanos reciban el presbiterado.

El arzobispo rosarino les recordó a los nuevos sacerdotes que "el primer deber del presbítero, dice el Concilio, es anunciar el Evangelio" y los animó a ser misioneros apasionados, llamados y enviados.

 

 

 

"Están llamados a apacentar y a velar por el Pueblo de Dios. Siempre negándose a si mismos y no pretendiendo dominar. No son patrones de estancia. No somos. Somos servidores, que hemos de entregarnos de corazón procurando ser ejemplo para el rebaño. Formar la comunidad cristiana", diferenció.

Tras destacar la importancia de la Eucaristía en su misión pastoral, les recordó que "el sacerdote tiene que cuidar la unidad del rebaño".

"Acá también somos hombres eucarísticos. Velando por la unidad de la comunidad. Toda una misión y riquezas extraordinarias. Entregándose el Señor los plenifica", profundizó y planteó que la Iglesia "es una barca que nos contiene a todos".

"Nos necesitamos los unos de los otros y nuestra dignidad común es el bautismo. Lo otro viene después. Primero el Bautismo, lo que nos hace miembros del pueblo de Dios", sostuvo e insistió: "No caminen solos. No se corten solos, por el amor de Dios. El que se corta solo, se hunde. Siéntanse uno con el presbiterio y el obispo. Juntos. Hay pensares distintos, líneas. Pero hay un solo presbiterio. Uno solo".

Monseñor hizo pedido especiales a los presbíteros y al laicado y finalmente los encomendó a la Virgen, Madre de los sacerdotes.

"Ella es amparo y ternura. En los momentos difíciles y de tentación, miren a María. Siempre", concluyó.+

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