Mons. Martín: 'Abrir el corazón a la gracia, la misericordia y el perdón'

Mons. Martín: 'Abrir el corazón a la gracia, la misericordia y el perdón'

El arzobispo de Rosario hizo esa exhortación en su mensaje para la Cuaresma, en el que también animó a renovar la vida cristiana y a abrazar las 3 acciones características: oración, ayuno y limosna.

En su mensaje de Cuaresma, el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín exhortó a la comunidad arquidiocesana a abrir el corazón para “recibir la gracia, la misericordia, el perdón del Señor y renovar nuestra vida cristiana”.

“En el Evangelio del Miércoles de Ceniza, Jesús nos invita a vivir con sinceridad de corazón las tres prácticas que abrazan las tres dimensiones de la persona: la oración, el ayuno y la limosna”, recordó y repasó a continuación cada una de ellas.

"El ayuno nos enseña a valorar lo necesario y relativizar lo superfluo (en esta era consumista, ¡cuántas cosas innecesarias compramos y consumimos!). No sólo ayunar de cosas materiales, estamos invitados a un ayuno de los vicios, de las malas costumbres, a un ayuno de pasatiempos banales, etc., etc. El mismo nos dispone a la oración y a compartir con los hermanos más necesitados", indicó.

"La limosna, que no es dar una moneda de modo displicente a quien me la pide, sino que es abrirnos al bien de nuestros hermanos, compartiendo los dones que Dios nos ha dado, el tiempo con el que está solo o enfermo, y los bienes materiales con los más pobres. Todos estamos en condiciones de practicar las obras de misericordia, no en la misma cantidad, pero sí con la misma disposición interior", expresó.

"La oración, que nos une a Dios, y que si es auténtica nos lleva al amor del prójimo. Todo proviene de Dios, y a Él todo hemos de llevar. Dios es el fin último de nuestras vidas, Él es Amor infinito; por ello, el fruto de la oración, la autenticidad de la oración y del ayuno se verifican en las obras de misericordia", señaló.

“En estos tiempos tan difíciles para nuestro país, en que los más pobres están padeciendo literalmente hambre, los exhorto, queridos hermanos, a que intensifiquemos las obras de misericordia, compartiendo nuestros bienes con los más necesitados”, propuso.

El arzobispo rosarino animó e invitó a todas las comunidades parroquiales, centros educativos, movimientos y a las diversas realidades eclesiales a “la creatividad de la caridad, para aliviar las penurias de tantos hermanos nuestros”.

 

 

“Puede ser a través de colectas de alimentos en cada comunidad, en donación de dinero para la compra de alimentos o las diversas formas que puedan surgir de la inventiva del amor. De un modo especial, que sean destinadas a las franjas más vulnerables de la población, cual son los niños y los ancianos”, precisó. 

“Seamos generosos y demos con alegría, sabiendo que Dios nunca se deja ganar en generosidad”, agregó.

Monseñor Martín pidió no olvidar que “la caridad cubre la multitud de nuestros pecados y que el Señor nos recompensa con el céntuplo en esta vida y con la vida eterna, si nos entregamos a Él de todo corazón y, por amor de Él, al bien de nuestros hermanos”.

“Transitemos este camino cuaresmal desde la oscuridad del pecado a la luz de la gracia; de la muerte a la vida, de la mano de Jesús, para llegar a la Pascua y experimentar la alegría y la paz de la resurrección”, sostuvo.

“Que María del Rosario nos ayude, con su intercesión, en este camino cuaresmal que estamos iniciando”, concluyó.

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