«Esta designación es misericordia pura de Dios,” fueron las primeras palabras de Mons. Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, tras conocer el anuncio del Santo Padre sobre su creación como Cardenal en el consistorio que se celebrará el próximo 30 de septiembre en el Vaticano.
«Esta designación es misericordia pura de Dios,” fueron las primeras palabras de Mons. Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, tras conocer el anuncio del Santo Padre sobre su creación como Cardenal en el consistorio que se celebrará el próximo 30 de septiembre en el Vaticano.
Haciendo memoria de su historia y el llamado que Dios hace a cada uno a la vida desde el vientre materno, el prelado oriundo del departamento de Santander, agradeció a su familia y a quienes han acompañado su camino desde la localidad de San Gil y en los diferentes lugares del país en donde ha desarrollado su misión, porque cada lugar y cada persona, ha enriquecido su vocación personal, sacerdotal y episcopal; sin desconocer que es la bondad sin límites de Dios la que sostiene, anima y lleva a buen término el camino que traza para cada uno.
Seguro de su condición humana y confiado en los designios de Dios para sus hijos acoge este llamado con alegría. “El conoce mis caídas, conoce mis fragilidades, pero él me ha levantado con su eterna misericordia,” indicó.
Unidos por la paz y la reconciliación
Ante el nuevo encargo pastoral que se circunscribe con la historia de los arzobispos de Bogotá y de quienes al frente de la Iglesia colombiana han servido desde el cardenalato, el prelado pidió al Espíritu Santo que ilumine su existencia y esta designación sirva para que todos en el país, ratifiquen su compromiso como hijos de esta tierra.
El deseo de Mons. Rueda es que hombres, mujeres, laicos, seminaristas, miembros de la vida consagrada femenina y masculina, diáconos permanentes y obispos puedan “trabajar todos por la paz, por la vida y por la reconciliación de todos los colombianos,” más allá de la opción personal de entrega y servicio a Dios que cada uno haya elegido.
Refiriéndose a los temas propios de la realidad del país abogó porque “cese la guerra, la violencia, se acaben los secuestros y podamos trabajar en unidad y se acaben las polarizaciones” unido a su deseo de trabajar en fraternidad para que “Colombia pueda tener esperanza todos los días al levantarse y al terminar la jornada”. Intenciones que confió a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, patrona de Colombia. A ella en su ternura y amor pidió que acompañe su vida y la de todo el pueblo colombiano.
Gratitud con los formadores
Haciendo memoria agradecida del Papa francisco por esta designación que define un nuevo itinerario para su vida, el arzobispo de Bogotá extendió su saludo de gratitud a sus maestros y formadores en las diferentes etapas de la vida académica y religiosa.
La educación básica primaria, el bachillerato, el Seminario Menor de San Gil, el Seminario Mayor de Bucaramanga y sus hermanos en el episcopado que con tanto cariño y tanta comprensión le han acompañado y se han convertido en ejemplo para su vida.
Igualmente recordó de manera especial a Mons. Elkin Álvarez Botero Obispo de Santa Rosa de Osos, quien fuera llamado a la casa del Padre este 8 de julio y para quien pidió sea Dios quien le conceda en justicia el premio de los fieles. Para él pidió que Dios le conceda el eterno descanso, brille sobre él la luz perpetua y el Señor consuele a su familia como a la feligresía de la Diócesis de Santa Rosa de Osos que pastoreó con sabiduría.
Mons. Luis José Rueda Aparicio cerró su intervención ratificando su disposición de servir con humildad y cariño, consciente de que no es el mejor, pero seguro de que al recibir esta tarea que el Señor le ha confiado, la asume con responsabilidad, cariño y alegría, con el corazón puesto en Jesús, María y San José.
Francisco y los nuevos cardenales
El consistorio del próximo 30 de septiembre será el noveno del pontificado del Papa Francisco. El primero fue el 22 de febrero de 2014, al que siguieron los del 14 de febrero de 2015; 19 de noviembre de 2016; 28 de junio de 2017; 28 de junio de 2018; 5 de octubre de 2019; 28 de noviembre de 2020 y 27 de agosto de 2022.
Actualmente Colombia cuenta con tres cardenales: Mons. Pedro Rubiano Sáenz, Mons. Jorge Enrique Jiménez Carvajal y Mons. Rubén Salazar Gómez, los dos últimos recordados por haber sido presidentes del Celam.
Durante el pontificado del Papa Francisco se han creado 81 cardenales de los 121 que podrían ser electores en un eventual cónclave. Estos cardenales representan dos tercios del colegio cardenalicio y la mitad si pensamos en los no votantes y eméritos.
Desde lo geográfico Europa es el continente con un número mayor de representantes en el colegio cardenalicio en calidad de electores pues tiene 46, después estaría Asia con 21, Norteamérica con 16, África 16, Suramérica 14, América Central 5 y Oceanía con 3.
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