El obispo de Lomas de Zamora y presidente de Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPAS), monseñor Jorge Lugones SJ, sostiene que, como otro Cireneo, el Papa Francisco “alivia la cruz de tantos cristos que siguen cayendo y subiendo el calvario de la pasión y el sufrimiento en el mundo”.

En un mensaje compartido en el medio Religión Digital, el titular de la CEPAS agradece al pontífice su valentía, su sabiduría, su palabra: “Nos ha pastoreado anunciándonos y proponiéndonos ‘la alegría del Evangelio’ (EG), ha contribuido a que este aire fresco ventile nuevamente nuestra casa grande, la Iglesia, con nuevo aire”.

Jesuita como Francisco y obispo de Lomas de Zamora desde 2008, monseñor Lugones destaca del pontífice argentino “sus gestos simples sin ficción, su cercanía a todos, su buen humor y don de gente”.

También advierte sobre su corazón de “sanador herido” y vilipendiado desde dentro y desde fuera, que “sigue hablándonos de que tenemos que recibir a todos, porque nos ha enseñado que nadie puede quedar fuera de la misericordia y el amor del Padre”.

Asimismo, describe que, así como Jesús fue causa de contradicción en su tiempo “a causa del gran amor y misericordia que prodigó a los últimos, los preferidos de su Padre, los más humildes”, hoy el Papa “ha desatado sus correrías apostólicas en las periferias y en los centros de poder de nuestro mundo”.

“¡Gracias, Francisco, estamos a tu lado, somos el pueblo de Dios abrazándote con ternura y rezando por vos!”, concluye.