“El dirigente social trepa también con los hermanos más débiles un camino de subida, costoso, cansador, pero con esperanza”, aseguró el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lugones SJ, en un encuentro con referentes de los sindicatos, movimientos sociales y referentes políticos en La Plata en vísperas del Día del Trabajador.
El obispo de Lomas de Zamora y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (Cepas), monseñor Jorge Lugones SJ, mantuvo un encuentro con referentes de los sindicatos, movimientos sociales y referentes políticos en la ciudad de La Plata, donde disertó sobre el tema “El dirigente social: cireneo de Cristo”.
El encuentro, que tuvo lugar en la iglesia Cristo Rey, se llevó a cabo en el marco de las celebraciones anticipadas del Día del Trabajador, que este año llevan la consigna “Tierra, Techo y Trabajo”.
El acto contó con la presencia del párroco del templo, presbítero Rubén Marchioni, y otros sacerdotes de la zona, además de dirigentes sindicales y de las organizaciones sociales.
Estuvieron Julio Castro, del Sindicato de Obras Sanitarias de la Provincia de Buenos Aires (Sosba), en representación de la Confederación General del Trabajo (CGT); Carlos Quintana, de la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN); Hugo Godoy, de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE); el diputado provincial de Unidad Ciudadana, Guillermo Escudero; el presidente del Partido Justicialista de La Plata, Luis Lugones; José Arteaga del Frente Renovador y Santiago Martorelli, entre otros dirigentes sindicales y movimientos sociales de la región.
“Muchas veces -como dirigente social- te tocará como al Ccireneo cargar la cruz sin estar preparado, sin haberte dispuesto a ello, prácticamente sos empujado a ayudar a llevar la cruz de los hermanos caídos en la subida de la vida”, comparó monseñor Lugones.
“Pero después de cargarla, aparecerá en tu interior la claridad del consuelo, como Jesús en el huerto cuando pide ser librado de la cruz, pero que no se cumpla su voluntad… y recibió el consuelo de lo alto”, agregó.
El prelado lomense pidió: “Que tu cansancio de llevar la cruz de otros no invada el cansancio en tu servicio: el desánimo, la tristeza, una egoísta soledad, el agotamiento físico, psíquico o espiritual de acuerdo a cada etapa de tu vida” y sugirió: “Dejate sorprender descubriendo el cercano consuelo de Dios buscando en Él tu verdadero descanso”.
“Caminar la estrecha calle de la cruz, conmoverse ante el que tiene hambre y sed, desnudez o enfermedad, del anciano desamparado o la mujer violentada-humillada, del desocupado, cuidar la carne que Cristo viene a habitar en su condición de varón de dolores y sabedor de dolencias. El dirigente social trepa también con los hermanos más débiles un camino de subida, costoso, cansador, pero con esperanza”, sostuvo.
El presidente de la Cepas explicó que “cirenear la fraternidad siempre es costoso, paciente, en subida, pues la convivencia parte de una espiritualidad que sólo es plena en el adulto, es la espiritualidad de amar a los otros con sus defectos y capacidades, inmadureces y talentos en Cristo”.
“Es una tarea espiritual, no meramente un amucharnos para sostener un mismo ideal. Si no alcanzamos la madurez espiritual que implica la projimidad, cuyas notas son: el encuentro, el diálogo, la cercanía, la austeridad de vida, la atención, la sinceridad, el trabajo costoso de la paciencia, correremos el riesgo de cambiar el amor por la urbanidad, es decir, los buenos modales”, añadió.
Por último, monseñor Lugones pronunció una exhortación dirigida al líder trabajador, gremial, empresarial, barrial: “¡Cuidá la descendencia, dale espacio a los jóvenes que avanzan!”.
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