El arzobispo sanjuanino pidió no "procrastinar" la ayuda y acrecentar la solidaridad porque "el hambre es violencia". "Tengamos en cuenta a quienes más sufren esta agresión", demandó.
"Cuando en un aula toman lista, la manera de responder en el momento en que mencionan mi nombre es decir 'presente'. Significa 'aquí estoy', 'vine'. Es de esperar que esa presencia sea activa, participativa. Para aprender no basta ocupar un lugar en el aula", graficó el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Lozano.
"En la vida social sucede algo semejante", puntualizó en su reflexión semanal y sostuvo: "Estamos convocados a dar el presente, con todo lo que eso significa. Sin embargo, hay una palabra que se va escuchando cada vez con mayor frecuencia, aun cuando es difícil de pronunciar: "procrastinar".
El arzobispo sanjuanino señaló que según el diccionario de la Real Academia Española significa: "diferir, aplazar".
"En el uso corriente se refiere a una forma de evadir o eludir responsabilidades y decisiones, usando otras actividades más placenteras como refugio. En el lenguaje común decimos "hacerse el distraído" mirando para otro lado", profundizó.
"La tendencia a buscar una vida cada vez más cómoda y 'sin problemas' nos vuelve individualistas, egoístas y nos va achicando horizontes de sentido. Para quienes reconocemos a la humanidad como una sola familia debemos cuidarnos de estas tendencias tan frecuentes", planteó.
Tras advertir que "la pobreza creciente golpea de manera contundente y sin ideologías", consideró que "el dolor de los hermanos y hermanas debemos tenerlo en cuenta hoy; mañana o la semana próxima puede ser tarde. Hay una urgencia que atender".
"Es sabia la expresión popular 'No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy'. Para eso es necesario romper la burbuja en la que vivimos y pasar del yo al nosotros. Hace falta pensar en plural, en conjunto. Francisco nos insiste en que 'nadie se salva solo'", recordó.
"Es tiempo de desplegar sueños comunitarios para crecer en fraternidad", subrayó y agregó: "Anhelamos una sociedad con espacio para que todos los habitantes tengan una vida digna".
Monseñor Lozano exhortó al compromiso al afirmar: "La exclusión reiterada de modo permanente hace que la 'esperanza' sea una palabra vacía o una realidad débil, casi raquítica. Muchas familias repiten historias de exclusión generación tras generación".
"La solidaridad, la cercanía, acrecientan la confianza. Transmiten expresiones de aliento que tienden una mano para salir de la postración", destacó.
El prelado invitó a rezar y pedir "más ternura por menos agresión", "más diálogo por menos soberbia", "más amor por menos indiferencia", "más equidad por menos exclusión".
"El hambre es violencia; tengamos en cuenta a quienes más sufren esta agresión", concluyó.+
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