Mons. Lozano: El Papa, Canadá y el dolor acariciado

Mons. Lozano: El Papa, Canadá y el dolor acariciado

"Francisco se conmueve, pide perdón, expresa su vergüenza, se inclina, abraza y consuela. Es un viaje espiritual que nos interpela e impulsa como humanidad", aseguró el arzobispo sanjuanino.

 

Monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), hizo un balance de la “peregrinación penitencial” del papa Francisco a Canadá, en la que, aseguró, “no solamente ha hablado en predicaciones y mensajes, sino también en gestos”.

“Todos sabemos que debido a su dolencia en la pierna ha cancelado algunos otros viajes ya comprometidos. Sin embargo, este, más prolongado en agenda y a mayor distancia de vuelo, lo mantuvo con el esfuerzo y sufrimiento físico que implica”, destacó en su reflexión semanal.

El arzobispo sanjuanino marcó que en la línea de los gestos hay que enmarcar el primer sitio en el que estuvo: Maskwacis (en Alberta), donde viven cuatro naciones indígenas originarias, y citó lo que el pontífice dijo allí: “Desde aquí, desde este lugar tristemente evocativo (…) Llego hasta sus tierras nativas para decirles personalmente que estoy dolido, para implorar a Dios el perdón, la sanación y la reconciliación, para manifestarles mi cercanía, para rezar con ustedes y por ustedes.” 

“En esta primera etapa quise hacer espacio a la memoria. Hoy estoy aquí para recordar el pasado, para llorar con ustedes, para mirar la tierra en silencio, para rezar junto a las tumbas”, completó con las palabras del Papa. 

 

“Las fotos que hemos visto de ese momento profundo de silencio y oración son elocuentes. Sentado en su silla de ruedas y en soledad, Francisco se dejó conmover ante las tumbas y las historias que la tierra se tragó”, aseguró, y volvió a citarlo: “El lugar en el que nos encontramos hace resonar en mí un grito de dolor, un clamor sofocado que me acompañó durante estos meses”.

Monseñor Lozano subrayó varias de las palabras de Francisco en Canadá y la reacción que tuvo uno de los jefes indígenas, al expresar su gratitud al Papa por haber escuchado sus testimonios y por sus palabras de consuelo: "Durante el tiempo que estuvimos con usted nos quedó claro que escuchó profundamente y con gran compasión los testimonios que contaban cómo se suprimían nuestras lenguas, se nos arrebataba nuestra cultura y se denigraba nuestra espiritualidad", afirmó el representante de los nativos.

“El dolor no se elimina ni desaparece. Francisco se conmueve, pide perdón, expresa su vergüenza, se inclina, abraza y consuela. Es un viaje espiritual que nos interpela e impulsa como humanidad”, concluyó el secretario general del Celam.

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