"Expresemos comprensión y ternura, cuidemos de los más frágiles, y celebremos la rica herencia que nuestros mayores nos han dejado", propuso el arzobispo de San Juan de Cuyo.Carta semanal de monseñor Lozano
Monseñor Jorge Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo, destacó que en un mundo en constante cambio, los abuelos y adultos mayores son un ancla de sabiduría, amor y experiencia.
"A menudo olvidados en la vorágine de la vida moderna, estos pilares de nuestras familias y comunidades merecen nuestro respeto, amor y gratitud", lamentó en su reflexión semanal.
Tras señalar que en el Salmo 71, 9 reza: "En la vejez no me abandones", recuerda que esta frase es el título del mensaje que el Papa Francisco escribió para la Jornada Mundial de los Abuelos y Personas Mayores, que la Iglesia celebra este domingo.
"La vejez, con sus desafíos y vulnerabilidades, puede ser un tiempo de gran reflexión espiritual. Para muchos adultos mayores la fe se convierte en una fuente invaluable de consuelo y fortaleza", aseguró.
"La certeza de la cercanía de Dios es una luz que ilumina incluso los días más oscuros. Como el salmista clama, confiamos en que Dios no abandona a sus fieles en su vejez, sino que permanece a su lado, brindando paz y esperanza", sostuvo.
El arzobispo sanjuanino consideró que "el apoyo emocional y físico de la familia es crucial para el bienestar de los adultos mayores" y aseguró que "las visitas regulares no solo alivian la soledad, sino que también fortalecen los lazos familiares y aseguran que reciban el cuidado que necesitan".
"Es esencial que las familias reconozcan la importancia de estas visitas, no como una obligación, sino como una oportunidad para retribuir el amor y la dedicación que los abuelos han brindado a lo largo de los años".
"La amistad es un bálsamo para el alma en todas las edades, pero adquiere un significado especial en la vejez. Los amigos ofrecen compañía, comprensión y aliento. Cultivar amistades genuinas ayuda a los adultos mayores a mantenerse activos y conectados con el mundo que los rodea", afirmó y propuso: "Además, las amistades intergeneracionales pueden ser especialmente enriquecedoras, aportando nuevas perspectivas y energía".
Monseñor Lozano valoró que se haya celebrado la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús, e insistió en subrayar que "los adultos mayores son un tesoro invaluable. Nos enseñan lecciones de amor, paciencia y resiliencia".
"Recordemos siempre la súplica del salmo 71 y no abandonemos a nuestros mayores en su vejez. Que nuestras acciones reflejen un corazón agradecido, una fe firme en la cercanía de Dios y un compromiso inquebrantable con la familia y la amistad. Expresemos comprensión y ternura, cuidemos de los más frágiles, y celebremos la rica herencia que nuestros mayores nos han dejado", concluyó.+
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