El obispo auxiliar de Corrientes lo describe como un "signo admirable", e invita a prepararlo y a rezar en torno a él, para que "nos ayude a que el Niño Dios nazca en nuestros corazones".
El obispo auxiliar de Corrientes, monseñor José Adolfo Larregain OFM, hace un recorrido sobre la tradición y la belleza del pesebre en los tiempos de Adviento y Navidad.
Asimismo, anima a “prepararlo y rezar en torno a él, para que cada signo nos ayude a que el Niño Dios nazca en nuestros corazones”.
Monseñor Larragain titula “El admirable signo del pesebre” una reflexión teológica pastoral en torno a los 800 años del primer pesebre, realizado en Greccio.
Aquel pesebre montado a base de lo sucedido en Belén, cuando el Hijo de Dios se hizo hombre y nació en un portal, fue representado por san Francisco de Asís, que lo presentó en 1223, en el valle Reatino.
Actualmente, el 8 de diciembre es cuando usualemente se prepara el pesebre navideño. Es costumbre armarlo en las parroquias y capillas, en los hogares, lugares de trabajo, escuelas, hospitales, cárceles, plazas, instituciones, oficinas públicas, comercios y demás espacios.
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