Mons. José Ignacio Munilla: El socialismo es una ideología “enemiga de la Cruz”

Mons. José Ignacio Munilla: El socialismo es una ideología “enemiga de la Cruz”

El Obispo de Orihuela-Alicante, Mons. José Ignacio Munilla definió el socialismo como una ideología “enemiga de la Cruz” en el Congreso Católicos y Vida Pública organizado por la Asociación Católica de Propagandistas este fin de semana.

Por Nicolás de Cárdenas.

Durante su conferencia titulada Pensar y actuar en tiempos de incertidumbre, el prelado señaló que “este avance y esta imposición sistemática de una nueva sociedad, no podremos afrontarlo solo con la denuncia y la alternancia política, sino que se requiere un movimiento de conversos. Sólo vamos a salir de esta crisis por una renovación de santidad”. 

Asímismo, aseveró que la sociedad necesita un “cambio de cosmovisión en el que pasemos de ser enemigos de la Cruz, a ser el pueblo de la Cruz” porque, subrayó, “sin la Cruz no hay gloria; hay un error grande que es hacer una dicotomía entre la Cruz y la felicidad; la Cruz nos lleva a la gloria, y la gloria es la felicidad plena”.

En este contexto definió el socialismo como una “ideología enemiga de la Cruz” cuyas corrientes sociológicas y políticas se han convertido en “la tumba de los pueblos, en las que ‘papá Estado’ solucione todos los problemas”, sin apelar al sacrificio y el compromiso de los individuos. 

En consecuencia, se genera una “crisis antropológica, elevada a categoría de ley y norma suprema, que pretende revelarse contra el orden natural, convirtiendo las heridas en derechos, en lugar de aceptar las heridas afectivas, fruto de la desintegración de la familia”.

El prelado añadió que “se está intentando compensar el vacío interior del hombre con el consumismo y el materialismo; huyendo del compromiso afectivo y de la apertura del don de la vida; y se está tratando el sufrimiento como algo incompatible con la dignidad humana: este mundo sufre muchísimo por no querer sufrir, por escaparse de la cruz de Cristo”.

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Por su parte, el filósofo francés Fabrice Hadjadj abordó el lema general del congreso, Quo vadis? Pensar y actuar en tiempos de incertidumbre, apelando a la implicación de cada persona: “¿A dónde vas? No ‘a dónde va el mundo’, dado que con esta pregunta uno puede ser espectador y puede contentarse con un lamento”. 

Hadjadj ha señalado que vivir en un tiempo de incertidumbre “no es un desafío cualquiera”, sino más bien un reto que se configura como una cuestión “si no de honor, al menos de vida o muerte”. Para ello se hace necesario “tener el alma sanada, aceptar tener el cuerpo magullado en el martirio”.

Al mismo tiempo, señaló que es inevitable experimentar “la emoción menos confesable: el miedo. No tanto el miedo a morir, como el miedo de vivir a la altura del desafío, de mantener nuestra reputación de estar vivo”. 

En la Europa posmoderna, este reto se encarna en un continente, una sociedad que “desespera de lo humano y que tiende hoy a constitucionalizar el aborto y la eutanasia; a revisar la historia colonial que mete en el mismo saco al conquistador y al misionero”. 

Estas son reivindicaciones “que muchos se imaginan vinculadas a la afirmación de la libertad individual y, en realidad, emanan de la muerte del deseo. Corresponden a la agitación de la desesperación”, señaló el filósofo.

Ayaan Hirsi: cuanta menos presencia cristiana, mayor es la crisis de Occidente

El congreso también contó con la participación de Ayaan Hirsi Alí, activista por los derechos humanos, quien subrayó que “cuanta menos presencia hay del cristianismo en la sociedad”, mayor es la crisis social de Occidente.

En su ponencia, titulada Libres para buscar la verdad, Hirsi expuso que el multiculturalismo y la globalización son “dos caras de la misma moneda”. 

Por un lado, se produce una “retribalización de la sociedad, con crecimiento de grupos identitarios “que no tienen lealtad nacional al país que llaman hogar”. Por otro, la evaporación de un conjunto de valores compartidos, la fragmentación de la sociedad y la etnización y racialización de todas las cuestiones políticas. 

En este sentido, denunció las “atroces restricciones a la libertad de expresión, de religión y el resurgimiento de un racismo válido y legítimo contra los blancos y contra los judíos en Europa y en América en nombre de la justicia social interseccional”. 

Además, alertó de la proliferación de “pseudo religiones que se presentan como iguales o superiores al propio cristianismo”, así como del atractivo que despiertan “ideas que desafían a la realidad” como “la existencia de múltiples géneros”.

Estas corrientes, a su juicio, generan una dificultad creciente para enseñar la diferencia entre el bien y el mal a los niños. En la Universidad, la búsqueda de la verdad se sustituye “por el desarrollo de narrativas”, mientras que “la búsqueda de la excelencia a través del mérito es tachada de enemiga de la diversidad”.

“Si continúa esta tendencia, marcará el comienzo de la decadencia”, enfatizó. 

Recuperar un cristianismo seguro y firme

Para Hirsi, “debemos recuperar un cristianismo seguro y firme. Las iglesias deben dejar de adoptar cada nueva moda y revivir el verdadero mensaje y las enseñanzas de Cristo”. 

Además, pidió “resistir al declive demográfico en curso” en Europa, haciendo atractivo que los jóvenes se casen y formen familias. También reclamó que las escuelas, las universidades y las artes reconozcan “su papel en la promoción del ethos cristiano que condujo a la formación de las instituciones que hacen extraordinario a Occidente”.

“Ninguno de estos cambios podrá llevarse a cabo si no nos organizamos, participamos y movilizamos para lograr una mayoría contundente que participe y actúe. Solo recuperando un sentido de unidad basado en valores comunes y no en las diferencias, podremos construir sociedades más fuertes y cohesionadas en estos tiempos de incertidumbre”, concluyó.

Presencia de jóvenes en el congreso

El 26º Congreso Católicos y Vida Pública trató de acercarse en especial a los jóvenes , ofreciendo algunos espacios específicos, como la realización de una mesa redonda con misioneros digitales.

A ella asistieron 1.000 jóvenes de diferentes ciudades españolas, que recibieron el testimonio y el aliento de tres evangelizadores en las redes sociales: Carlos Taracena, Carla Restoy e Irene Alonso, entre otros.

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